En los restaurantes te escupen la comida

#TeoriasIncomprobables

Son cosas que es mejor no saber. En eso estamos todos de acuerdo. Sin embargo, no por eso dejan de suceder.

El mito urbano, casi siempre envuelto en algún comentario tragicómico, que permita convivir con la verdad, la sospecha, de una u otra manera, está presente cada vez que vamos a comer afuera.

El mito, la mayoría de las veces, está asociado a los lugares de comidas rápidas, pero lo cierto es que sucede en cualquier tipo de restaurante, desde uno de mala muerte hasta uno “gourmet”

Algunos testimonios que recolecté:

“Un amigo es encargado de un restaurante en Villa del Parque y me contó que al que se le merece (dejó poca propina en su última visita, mandó a cambiar un plato, etc.) se la escupen. Él no lo hace, pero es consciente de que pasa”.

“Yo trabajé en un restaurante de Quilmes y cada tanto encontraba una laucha en la bolsa de papas, y un escupitajo mandaba también. El calor mata todo”

“Yo te puedo asegurar que lo hacen. Me lo confesó un amigo que es cocinero. Sobre todo cuando iban los oficiales a pedir una pizza”.

Pero ¿por qué pasa esto? En mi opinión no es más que la tensión implícita que genera la sensación de servidumbre de un mozo o cocinero en cualquier restaurante de la ciudad, desde uno de mala muerte a uno gourmet.

Todo esto lo escribí para preparar el terreno y que el lector sepa de la seriedad del asunto. Ahora bien, ¿cuál es la verdadera teoría de este posteo? La siguiente:

Al momento de ir a comer a un restaurante, y con el preciso fin de evitar que la saliva sea un condimento más en nuestra comida, debemos actuar de una manera muy particular, que no permite ningún margen de error. La solución, por rara que parezca, es ser totalmente condescendientes con el mozo. Debemos tratarlo como si el mozo fuese el que nos dejara una suculenta propina. El resto, no es más que azar. Aunque esto, claro, es incomprobable.