Por: Leticia Estévez
Hace pocos días nos sorprendía la trágica noticia sobre la muerte de Selarón, artísta plástico y personaje de Río de Janeiro, que supo darle vida a una escalinata y logró convertirla en uno de los símbolos de la ciudad.
En Santa Teresa, uno de los barrios imperdibles de Río de Janeiro, se esconde esta pequeña perla de la ciudad: la escadaria de Selarón. Esta ubicada en la calle Manoel Carneiro. Es una escalinata con 250 escalones y 125 metros, totalmente decorada con azulejos traídos de distintas partes del mundo.
Esta obra “viva y mutante” fue pensada y realizada por Selarón, artista chileno que, enamorado de Río de Janeiro, decidió hacerle un especial tributo, tanto a la ciudad como a su gente. Hay piezas de más de 60 países y cada una de ellas conserva detalles de ubicación que dejan en evidencia distintos conceptos y percepciones.
Su trabajo comenzó en el año 1990 y desde entonces nunca dejo de transformarse. Ha sido reconocido por medios de prensa y viajeros de todas partes del mundo. Tuve la posibilidad de conocerlo aquella tarde que visité la escalinata. Estaba sentado en uno de los escalones, hablando con los visitantes, con total simpleza y humildad. En una de las puertas ubicadas en los laterales del pasaje esta su taller, donde se exponen y venden varias de sus obras. La más significativa es, sin dudas, la de una mujer de tez oscura embarazada.
Selarón afirmaba que su obra y su sueño terminaría solo el día de su muerte. Y así fue. El pasado jueves fue encontrado muerto sobre la escalinata y hay sospechas de homicidio sobre uno de sus ex colaboradores.
Río de Janeiro llora a Selarón, este “loco lindo” que le dio vida y color a un pasaje. Saudade.
Leticia