Por: Ignacio Damonte
¿Qué se sentirá empezar una nueva etapa a los 35 años de edad? Pienso en cómo actuaría yo en una circunstancia similar a la que atraviesa Pablo Prigioni en la NBA. Me imagino mudarme de país, cambiar mis costumbres, el idioma, los compañeros, llegar a un lugar donde soy desconocido, desvalorado y todos se fijan en mi edad. No, no debe ser nada fácil…
Eso le está sucediendo al base cordobés en los Estados Unidos. En el epílogo de su carrera, habiendo conseguido todo lo que se propuso, trazó una nueva meta: demostrar que puede jugar en la élite del básquet mundial.
Este jueves por la noche Pablo debutó en los New York Knicks. Y lo hizo en un gran nivel. Para la estadística quedaron sus 14 puntos, cuatro asistencias, dos robos, un rebote y los cuatro triples sobre ocho intentos. Para la historia (su historia) quedaron los primeros minutos que disputó en su nueva travesía.
En su llegada a la Gran Manzana tuvo que soportar las críticas de los medios especializados en torno a su edad y la de sus compañeros (los Knicks, con casi 33 años de promedio, son el equipo más viejo de la historia). Incluso, se publicó un ranking realizado por ESPN con los peores jugadores dentro de la liga, y el argentino ocupa uno de los últimos puestos.
En los contactos iniciales que tuvo con la prensa logró imponer su sello: humildad y trabajo duro, algo que escasea en la liga yanqui. Esto dijo en su primer día de entrenamiento: “Creo que soy un base inteligente. Puedo correr las jugadas correctas en el momento justo. Pasar el balón a tiempo al tirador. Jugar defensa. Jugar inteligente. Anotar cuando se necesita, como lo hice en España. No soy el tipo de jugador que quiere anotar todo el tiempo, sino que me siento bien cuando mis compañeros pueden lograrlo. Pienso en eso primero”.
Luego de la buena tarea ante Washington este jueves, cambió la visión de los periodistas hacia el argentino. Es prematuro, pero se nota que ahora pusieron sus ojos sobre Pablo y lo que puede dar al equipo. Los medios neoyorkinos hacen énfasis en la necesidad de un jugador como él, que piensa en pasar primero antes de anotar y se caracteriza por hacer a mejores a sus compañeros. Ahora se ve un clima favorable en torno al base.
Volviendo al nivel de Prigioni en el primer partido, mostró destellos de lo que mejor sabe hacer. Sus asistencias para Chandler (con un hermoso pase colgado para una volcada), sus característicos pick and rolls (cortinas y desmarques), su fiereza en defensa y la puntería desde la línea de tres fueron sus cartas de presentación.
(Video resumen de la victoria de los Knicks sobre los Wizards)
El horizonte pinta interesante para Pablo. Detrás de los bases Felton y Kidd, una leyenda norteamericana, el argentino alternará en su puesto tradicional y hasta pueda sumar minutos como escolta. Al menos así lo demostró el entrenador Woodson, tanto en los micrófonos como en el campo de juego. Un detalle a tener en cuenta: la plantilla de New York está diesmada por las lesiones y muchos de sus compañeros tienen un historial de tropezones físicos, por lo que una ventana de más protagonismo para Prigioni es posible.
Su debut por los puntos será el 1 de noviembre, ante el nuevo clásico, Brooklyn Nets, la franquicia que se mudó para ser vecina y principal contendiente de los “knickerbockers”. A partir de ese día comenzará la historia oficial de Prigioni en la NBA. Hasta acá lo llevaron su sacrificio y hambre y sin dudas serán sus principales armas para comerse a la Gran Manzana.