Por: Ignacio Damonte
No hay nada que ocultar aquí. La NBA es un negocio, y no pienso negarlo. Pero cuando los intereses corporativos se ponen por encima de los deportivos ahí debe encenderse una luz de alarma y hay que establecer prioridades.
Esta semana una polémica se instaló. Gregg Popovich, el técnico de los Spurs, decidió darle descanso a sus figuras, y eligió que no jueguen ante el campeón Miami, sino que viajen de regreso a sus hogares para reponerse de una seguidilla importante de partidos. David Stern, comisionado de la liga, emitió un comunicado criticando la decisión del coach y anticipó una sanción severa para la franquicia. Esa sanción llegó y fue económica: 250 mil dólares. No se fijen en la cifra, para cualquier equipo es un vuelto, la cuestión de fondo es la importante.
“Era la única visita de la temporada de los Spurs a Miami y el equipo decidió dar descanso a cuatro de sus mejores jugadores sin informar a los Heat, a los medios de comunicación y a la NBA. Bajo estas circunstancias, concluí que los Spurs hicieron un flaco favor a la Liga y a nuestros aficionados”, dijo Stern. Según el comunicado oficial, la sanción a los Spurs se debe a una violación de una normativa de conducta redactada por la Junta de Gobierno en abril de 2010. La misma advierte que se considera una infracción dar descanso a los jugadores de manera contraria a los intereses de la NBA. En otras palabras, si a la liga no le sirve que un jugador descanse, entonces es trampa.
David Stern y Gregg Popovich, dos opuestos jugando el mismo deporte
Los intereses de la liga, los aficionados y los dueños
Stern dice que cuida a los fanáticos al sancionar a un entrenador que simplemente está dosificando los esfuerzos de sus figuras para llegar mejor preparados a la parte final de la temporada, cuando se queman los dólares. Pero la realidad es que lejos de querer eso, lo único que quiere es no ligarse un tirón de oreja de las corporaciones que bancan el espectáculo. Poco interesa lo que tenga para decir un fanático.
¿Porqué digo que el negocio está por encima del deporte? Paso a explicar. La NBA, desde la llegada de Stern al sillón de mando hace 30 años, ha sufrido un sinfín de cambios. Pocos dentro del parquet, muchos en el campo financiero. Principalmente se ha convertido en una liga de dueños, ya que ellos, como propietarios de las franquicias, tienen el poder de hacer y deshacer a su antojo. Los jugadores, en la mayoría de los casos, son meros espectadores del accionar de los empresarios. Y Stern es uno de ellos, no se engañen. Algunos números que confirman ese cambio.
Dios bendiga a la TV
En 1984, año en que Stern se convierte en comisionado, la liga recibía 22 millones de dólares al año por los derechos, muy por debajo de lo que otros deportes recaudaban. CBS era en ese entonces el principal socio de la NBA, y no hacía un esfuerzo por mejorar. Todos los partidos de playoffs, menos las finales, se transmitían en diferido. Hoy todo eso cambió y los dueños reciben $930 millones por año de distintas cadenas televisivas, mientras que las Finales 2012 fueron retransmitidas en vivo a 215 países. La TV ha sido clave en la expansión masiva y global del básquet norteamericano.
El valor de las franquicias no tiene techo
En 1985 los Chicago Bulls fueron vendidos a Jerry Reinsdorf por 16 millones de dólares y hoy cotizan 600 millones. ¿Quién hubiera pensado que poco después los Toros ficharon a un tal Michael Jordan y serían el equipo más caro del planeta? Se promedia que cada franquicia vale unos 393 millones, y en total acumulan 12 billones de dólares.
Los estadios son obras faraónicas y están llenos
Cada uno de los dueños de los 30 clubes ha renovado su estadio en los últimos años. Los contribuyentes de las ciudades han aportado para las nuevas arenas, todas por encima de los 500 millones de dólares de valor, y cada propietario ha vendido tickets sin parar (el promedio son 17 mil personas por partido). Incluso los Knicks comenzaron la renovación del Madison Square Garden y gastarán $800 millones.
Estas son algunas de las muestras de lo que ha cambiado el negocio en los 30 años que Stern lleva al poder. Alcanza para ver que cualquier cuestión deportiva siempre estará condicionada al dueño de la franquicia y al mercado financiero. Sobretodo si un entrenador decide sacar a sus figuras en un partido que será televisado mundialmente por una de las señales del emporio Time Warner. Precisamente esta empresa ha sido leal al comisionado desde el 77 cuando la NBA, con Stern como Consejero General, le vendió por monedas los Atlanta Hawks a Ted Turner. Es más, el contrato televisivo con TW es el más duradero en la historia de la liga.
Manu Ginóbili, Tim Duncan y Tony Parker quedaron en el medio de la polémica
Me pregunto si Turner le llamó la atención a Stern al enterarse que TNT no iba a poder llevar a Duncan, Ginóbili y Parker al living de todas las familias alrededor del globo. ¿Habrá sido el principal catalizador para que el comisionado explote contra Popovich?¿O habrá sido el hecho que Stern y “Pop” están enemistados y sus pensamientos se ubican en las más lejanas antípodas? Analicemos la decisión del DT entonces para ver si en ella encontramos un sentido a la reacción de la NBA.
Apenas conoció el enojo del mandamás de la liga, el técnico de los Spurs dijo lo siguiente: “La decisión se tomó desde el pasado verano y se hizo en beneficio del interés del equipo, que es el único que nos tiene que preocupar. Cada organización tiene que tomar sus propias decisiones acerca del calendario, los jugadores en partidos consecutivos, los viajes y todas esas series de cosas. En nuestro caso, este mes hemos disputado 11 partidos fuera de casa, dos giras de ocho y 10 días, respectivamente, y cuatro encuentros en cinco noches”.
Suena lógico. Un coach tiene jugadores entrados en edad, con muchos partidos encima, y que no han gozado del descanso apropiado previo a la temporada debido a los Juegos Olímpicos de Londres, entonces decide dosificar los esfuerzos para no terminar el año con lesiones e infortunios. En el medio aparece la reprimenda de la liga, sin siquiera existir una regla al respecto. En ningún lado del reglamento se fuerza a los entrenadores a poner a sus mejores hombres en los partidos importantes (menos que menos en los televisados mundialmente) por lo que la sanción pasa a ser un sinsentido.
Los Spurs llegaban a Miami en el final de una serie de seis partidos como visitantes, mientras que los Heat venían de tres días de descanso. Conociendo el accionar de Popovich, era de esperar que decida hacer descansar a alguna de sus figuras (quizás no las tres al mismo tiempo, es cierto) ya que lo había hecho en el final de la temporada pasada. La liga no había sancionado al equipo cuando decidió sentar a Parker y Duncan ante Portland y fue derrota por 40 de San Antonio. Entonces, ¿porqué hoy sí existió la sanción?
David Stern junto a Adam Silver, quien lo reemplazará en el cargo a partir de 2014
Sólo nos queda pensar que las distancias que existen entre Popovich y Stern sean el detonante de toda esta situación. El comisionado no comulga con las ideas de Pop, en distintas oportunidades ha hecho mención a los bajos ratings de los partidos de los Spurs, de lo “antinegocio” que han sido las finales de los texanos, y del esquema de trabajo de SA.
Todos sabemos de las rabietas de Popovich cada vez que tiene que responder preguntas de los periodistas en medio de un partido. Responde, sin mucho contenido, y eso no le debe caer en gracia al capo del negocio. Prefiere un técnico que siga las reglas y no haga lo que le plazca, incluso si eso que hace sea exitoso y ganador. Desde la llegada de Pop, SA lleva 14 años consecutivos entrando a Playoffs, con cuatro títulos. El éxito de los Spurs contradice el manual de Stern y demuestra que se puede ser exitoso con una buena metodología de trabajo. Eso, con seguridad, es lo que más molesta al dueño de la pelota.
Fuentes: http://www.sbnation.com // http://www.nytimes.com // http://www.20minutos.es // http://sports.yahoo.com // http://sportscareers.about.com // http://www.forbes.com // http://hangtime.blogs.nba.com