Por: Ignacio Damonte
El martes les conté cómo le fue al campeón Miami en los dos primeros partidos ante los Bucks. Hoy toca el turno de conocer qué está sucediendo en la serie entre Oklahoma y Houston, el otro cruce entre el número uno y el ocho de la conferencia. Aquí las diferencias no son tan notorias…
El encuentro que abrió la primera ronda fue muy parejo en el inicio, no tanto en el final. Los Rockets aprovechaban los errores en ofensiva de los Thunder y llegaron a estar empatados en 40 faltando poco para el entretiempo. Esa paridad que se vio en momentos de la primera parte, desapareció en la segunda. El local aplastó a la visita, sacando 33 puntos de ventaja al comenzar el último período. Westbrook se destacó con una planilla muy completa (19 puntos, 10 asistencias, 8 rebotes), mientras que Durant tiró poco, encestando mucho (24 puntos). Una de las armas de Houston, el tiro de tres, estuvo con la pólvora mojada (8 de 36), al igual que su máxima estrella, James Harden (6 de 19 en tiros). Fue un claro 120-91 para Oklahoma.
El segundo capítulo de la serie tuvo condimentos distintos desde el pitazo inicial. El coach McHale metió cambios, no solo de nombres, sino de estrategia y de emparejamientos en defensa. Más precisamente, el base novato Beverley ingresó, Lin se movió a la posición de escolta, Harden a la de alero y Parsons a la de ala pivot. La idea clara del DT era lanzar más, esparcir a los tiradores y así aprovechar la versatilidad de sus hombres. Y no caer tanto en la zona pintada, defendida con uñas y dientes por Perkins e Ibaka.
Claramente el entrenador iba a matar o morir. Matar con el ataque, porque sacando a Ibaka de la llave con un ala pivot que pueda tirar desde el perímetro podía darle problemas a OKC. Morir en defensa, porque cuando le tocó cuidarse, sufrió el emparejamiento defensivo con hombres de mucha menos estatura. La idea también era salir en transición aún más rápido de lo normal (los Rockets son de los más veloces en la liga) y agarrar desacomodada a la defensa de los Thunder.
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Oklahoma sufrió para quedarse con el segundo juego en casa ante Houston
Parsons (17 puntos) sacó dividendos a su nueva posición. Beverley (14 puntos, 12 rebotes, 6 asistencias) complicó a la defensa del Thunder, asistió, reboteó muy bien y su marca sobre Westbrook volvió loco al número 0, a tal punto de costarle tres faltas y pocos tiempo en cancha. La paridad absoluta fue desequilibrada gracias al nivel de Durant, con 21 puntos antes del descanso.
El segundo tiempo empezó con la misma temática. Tras la salida de Lin por lesión, los Rockets lograron tomar la delantera ante un público atónito. A Oklahoma se lo veía cada vez más incómodo con el juego de Houston. Hasta que Westbrook, Durant e Ibaka se despertaron para separarse del rival en el marcador.
La aparición de los tres jugadores más importante del campeón del Oeste torció la balanza. Westbrook (29 puntos) no se puso colorado en tirar todo lo que le pasó por las manos, Durant (28) siguió con su gran efectividad e Ibaka (6 bloqueos) marcó presencia en defensa con dos bloqueos seguidos. Los texanos hicieron lo suyo para ayudar a este cambio, ya que empezaron a desesperarse en ataque, tomando malos tiros y Beverley se cargó de faltas, dejando de condicionar al Thunder en los dos costados.
Parecía que el cuarto final sería un trámite para el local. En los primeros 2 minutos se repitieron las equivocaciones de Houston, Oklahoma lo aprovechó y sacó 15 puntos de ventaja que parecían irremontables para los Rockets. En este interín, Westbrook volvió a hacerse cargo de la ofensiva. Pero cuando nadie lo esperaba, McHale pidió que los suyos defiendan en zona, eso descalabró la ofensiva de OKC (incluído a Durant que no marcó durante 5 minutos) y, con una racha de 21-2, la visita pasó al frente.
El minuto final estuvo lleno de condimentos. Tiros forzados de Houston, errores de Westbrook, un triple fallado y otro anotado por Delfino (11 puntos), y la aparición estelar de Kevin Durant: con un triple y una asistencia perfecta para Sefolosha, el número 35 tomó el control de las acciones para darle un triunfo muy sufrido a Oklahoma (105 a 102). Para Houston este partido sirvió, y mucho, para conocer el ímpetu de este equipo. Todos pensaban que sería una nueva caída categórica, pero los Rockets pusieron todo de sí para que no sea así. OKC se adelantó 2-0 en la serie y a partir del sábado se mudarán a Texas para el tercer juego.