Por: Ignacio Damonte
La jornada del lunes de la NBA fue una de esas que quedan guardadas en la retina. Primero arrancó con la sorpresa más grande de los Playoffs, el triunfo de Chicago sobre Miami, en la casa del campeón. Segundo fue el tremendo partido que jugaron los Spurs y Warriors, con Manu Ginóbili como el gran héroe y muchas cuestiones para analizar.
Un encuentro que se va a dos tiempos extras da la pauta de la paridad con la que se jugó. Pero hubo un momento en que San Antonio parecía un equipo sin vida, armas ni esperanzas de dar vuelta la historia ante Golden State. Con seis minutos en el reloj, el local caía por 16 puntos y veía cómo su ventaja de localía se escurría entre sus manos… Hasta que apareció la jerarquía y experiencia de un grupo con mil batallas.
En la previa a esta serie, conocimos los puntos fuertes de los Warriors, y las cuestiones que los Spurs debían tomar nota para no ser eliminados: contener los contrataques, evitar que Golden State viva del triple, no dejar que se encienda Curry, obligarlos a hacer sus puntos en la pintura y aprovechar la gran rotación. Algunas de ellas se cumplieron, otras no.
Los texanos lograron ganar la batalla de los contrataques y forzaron a su rival a que trate de ganar desde la pintura, no con el triple (en la llave GSW hizo 10 puntos más que SA, mientras que no estuvo certero de tres, con apenas 36 por ciento de efectividad). Contener a Curry fue lo más difícil: el número 30 se despachó con una tarea descollante, marcó 44 puntos y fue el gran responsable de la ventaja que tuvo Golden State en la segunda mitad. 6 de 14 en triples, 11 asistencias y casi una hora de acción.
La remontada de San Antonio llegó en los últimos 5 minutos. Los Warriors parecieron confiados sobre el final, estirando las posesiones, esperando que el partido se acabe sin tener que liquidarlo ellos. En el análisis previo había dicho que GSW cometió infinidad de errores en los últimos segundos contra Denver y sin embargo había esquivado la bala. Pero con los Spurs eso no pasaría.
La seguidilla de 18-2 de San Antonio fue la que le permitió ganar el juego en suplementario
Tim Duncan se había ido al vestuario con dolores estomacales y la tarea de dar vuelta la historia quedó en manos de Tony Parker (28 puntos), Manu Ginóbili (16) y un conjunto de compañeros dispuestos a dar la nota. Popovich olió sangre y decidió ir con todo lo que tenía. La orden fue clara: ataquen la llave. Andrew Bogut no estaba en juego, ambos entrenadores decidieron cerrar el partido con hombres bajos. Ahí fue cuando “Pop” le dio rienda suelta al francés para intentar sus tiros circenses. Anotó algunos, cambió el clima del juego y supo asistir a sus compañeros. Kawhi Leonard (18 puntos), Danny Green (22) y Boris Diaw (7) no decepcionaron con canastas importantísimas. El tiro de gracia quedó para Manu.
Después de dos tiempos suplementarios, el argentino no había tenido su mejor noche. Peleado con el aro (apenas 5 de 20, con una furiosa volcada) se había concentrado en ser facilitador más que anotador, asistiendo 11 veces, dos de ellas claves en el cierre para que Green y Diaw empaten el marcador.
Los últimos 120 segundos fueron para el infarto. Arrancaron con el buen tino de Parker, que primero atacó y abrió ventaja de dos. En la próxima posesión dejó pasar el tiro, rotó hacia un costado; Leonard amagó el tiro, pasó a Green y el número 4 encestó otro triple (6 de 9) dándole cinco de aire a los Spurs.
http://youtu.be/DAB-gACSQPM
Los Spurs consiguieron un triunfo valioso y el miércoles juegan el segundo ante los Warriors
Otra vez el final parecía ser el karma de los Warriors. Dependían mucho de lo que podía inventar Curry desde el dribble. El jóven base estaba muy cansado, pero con sangre fría desde la línea acercó a los suyos a dos. En la siguiente bola para el local, Ginóbili entró en un lapsus extraño, tiró desde lejos, incómodo y con la marca encima (tras el partido explicó que quería cerrar el juego, se vio con espacio y tiró). Curry le hizo pagar con una bella flotadora del otro lado.
Con 10 segundos por jugar, Parker erró una bandeja y de repente Golden State se encontraba en posición de ganar un partido histórico. Atacaron sin pedir tiempo muerto, aprovecharon que la defensa rival no estaba establecida y sacaron ventaja gracias a una bandeja pasada del novato Bazemore. 4 segundos en el reloj y San Antonio tenía una última chance.
Popovich sí pidió tiempo muerto. A la hora de reponer los Warriors cometieron graves errores en el marcaje, Manu quedó abierto y clavó un triple increíble, con una parábola altísima, para cerrar el 127-125 a favor. El bahiense se redimió del error previo, terminó siendo el héroe de una remontada épica de los Spurs. El cierre perfecto lo dio su entrenador: “En los últimos dos triples pasé de querer echarlo a invitarlo desayunar la mañana siguiente. Dejé de dirigirlo hace mucho tiempo”.