Manu volvió a ser figura y los Spurs pasan al frente

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San Antonio y Miami están jugando unas finales de alto vuelo. No sólo dentro de la cancha, sino también fuera de ella, con los entrenadores cambiando constantemente, y acertando siempre. En esta oportunidad, el quinto partido (2-2) arrancó con modificaciones del lado de los Spurs. Manu Ginóbili, de floja tarea en la serie, fue titular y cambió completamente el ritmo del juego.  

De entrada, los dos equipos salieron con intensidad. Los locales sabiendo que tenían que imponerse y marcar diferencias. La visita, empujando y defendiendo como lo hizo tres noches atrás. El quinto partido de una serie de playoffs es importante (todos lo son, pero este es crucial). Si San Antonio ganaba volvía a Miami con un séptimo encuentro asegurado. Si el Heat repetía el éxito regresaría a su casa con dos match points. Entonces, “ganar o ganar”, no cabe otra definición.

Los Spurs comenzaron dándole la oportunidad a Ginóbili de demostrar que aún tiene mucho para dar. Primer tiro, adentro, dos asistencias consecutivas y un triple, para entrar en confianza, esa que según él le viene faltando. El físico está, las lesiones, por suerte, no aparecieron en los Playoffs, pero Manu entiende que su mentalidad no es la misma. Bueno, como todas las estrellas, regresó con una tarea fenomenal, callando más de una crítica.

La intensidad del partido fue muy elevada. La estrategia/orden de Popovich fue correr al Heat, forzar ataques rápidos y explotar con la alineación más baja que presentó en mucho tiempo. Lo consiguió en base a prolijidad y consistencia. Dejó de perder la pelota, hizo circular su ofensiva por Duncan, Parker y Ginóbili y de ahí en más el resto de los jugadores demostró estar a la altura.

Manu Ginóbili tuvo su mejor noche en la temporada y silenció las críticas

Miami fue un mero espectador en los primeros 12 minutos. Cada vez que se establecía en el ataque sufría el acoso de la defensa de San Antonio. Luego del incendiario cuarto juego del trío Bosh/Wade/LeBron uno pensaría que la estrategia de Pop cambiaría, pero no. Se mantuvo en su plan, pasar las cortinas por detrás, no permitir penetraciones y forzar al campeón a que tire de afuera de la llave. Le funcionó. El primer cuarto fue para el local: anotó 32 puntos, ganó la batalla de rebotes, dio más asistencias, anotó más puntos en la pintura y perdió menos el balón.

El segundo período empezó con una lluvia de triples de Green. Tuvo mucho espacio para tirar, con la defensa de Miami desconcentrada. Eso lo aprovecharon todos sus compañeros que lo encontraron en cada cambio de marcas que el número 4 usaba para quedar libre. Todo iba perfecto hasta que los Spurs empezaron a perder el balón. Sumaron 6 pérdidas en ese segundo cuarto y permitieron que LeBron James salga corriendo o que Wade agarre a la defensa local desordenada y anote con sus indescifrables penetraciones.

Por suerte para los Spurs, los últimos minutos fueron más cortados, con menos ritmo y muchas infracciones. Así consiguió ir más a la línea para estirar la ventaja. Eso, junto a los grandes porcentajes de tiro, la buena conducción de Ginóbili y Parker, la fuerza de Duncan adentro y el lanzamiento exterior de Green le dieron ventaja de 9 puntos al descanso.

El Big Three de Miami intentó con buenas tareas, pero no alcanzó para ganar

Ya en el tercer cuarto se mantenían las premisas. Cada vez que San Antonio perdía el balón, se forzaba un contrataque de Miami. Popovich sacaba canas verdes, pero la diferencia en esta oportunidad fue que el campeón no estuvo fino en las rápidas transiciones. LeBron y Wade fallaron bandejas fáciles y eso le dio una vida más al DT.

El tercer período ha sido clave en cada uno de los juegos de las Finales. El que logró imponerse en ese momento logró sacar diferencias insalvables. Como ejemplo sirven las últimas dos presentaciones. San Antonio fue una máquina de encestar triples en el tercer partido y eso le dio el triunfo, mientras que Miami impuso su alto ritmo en el cuarto para salir victorioso. En este quinto partido, fueron los Spurs que dominaron este cuarto.

Green (24 puntos, 6 triples) mantuvo esa tremenda efectividad de triples. Logró superar a Ray Allen como el jugador con más triples en una serie final. El Heat cometió muchos errores a la hora de marcarlo, pero hay que darle crédito al movimiento de balón que permitió tiros abiertos y sin competencia. Uno de los que estuvo certero en ese departamento fue Manu, que volvió a convertirse en el verdadero base que tiene San Antonio.

El trío poderoso de San Antonio fue categórico y logró el triunfo (114-104)

Pese al buen desempeño, Miami se había puesto a 1 punto y la cosa estaba difícil. Ginóbili se hizo dueño de los últimos minutos del tercer cuarto para cambiar eso. Asistencias bien puestas, gran conducción cuando no estuvo Parker y penetraciones de las que no pudo conseguir en toda la postemporada. Dio gusto ver que Manu volvió al papel preponderante que nunca debió haber perdido. La titularidad le sentó mejor que nunca. Mérito de Popovich por darle esa confianza.

El tono, el ritmo, la efectividad de San Antonio, no cambió en el período final. La mantuvo, siguió con sus tiradores enrachados y detrás de una rotación de balón perfecta, y una defensa hermética no necesitó de sus titulares para cerrar el quinto juego de la serie. El Heat intercambió golpe por golpe, con Ray Allen (21 puntos) muy certero de tres, pero nunca logró imponerse, cada vez que metía una racha que lo ponía a tiro, aparecía un robo, o un rebote ofensivo, o un triple para volver a despegar al local.

Se habló mucho de la necesidad de ambos equipos de imponer a su Big Three y que a partir de ellos nazca la ofensiva. Para San Antonio, Duncan (17 puntos, 12 rebotes) estuvo tremendo, buscando mucho la pintura y dominó en rebotes. Manu (24 puntos, 10 asistencias) pasó el balón de forma excepcional y tuvo noche ofensiva más importante de la serie. Parker (26 puntos) no mostró molestias en su isquiotibial lesionado y volvió a ser el base que mejor juega dentro de la pintura. Los tres de Miami fueron inconcistentes. Bosh (16 puntos)  se destacó más por su defensa que por su ofensiva. Wade (25 puntos, 10 asistencias) tuvo un desempeño muy parecido al del cuarto juego, y cargó a su equipo en la segunda parte ya que LeBron (25 puntos) bajó su nivel y efectividad.

San Antonio se hizo fuerte en su último partido como local y ahora viajan a Miami

Así se terminó el partido crucial, el que define muchas cosas en estas finales. San Antonio, igual que en el tercer juego, mostró carácter y una rabia contenida luego de la floja tarea en el cuarto encuentro. Seguramente los triples de Green  y el cambio de estrategia de Popovich fueron claves para el triunfo, pero la aparición de Manu fue el motor de todo. Como lo dijo el coach a los medios: “Nuestro equipo juega mucho mejor cuando Ginóbili juega como Ginóbili sabe jugar”. Vaya que sí…