Por: Ignacio Damonte
El 30 de agosto comienza el Premundial de básquet en Caracas, el cuál entregará cuatro plazas para la Copa del Mundo 2014 a disputarse en España. Argentina ya tiene la cabeza puesta en el certamen, luego de haber atravesado 20 partidos de preparación previa. Hoy en #TodoBásquet intentaré dar un panorama del grupo que armó Julio Lamas, haciendo énfasis en lo mucho que se avanzó hacia la consolidación de un equipo.
Desde que se armó el cronograma del 2013 para Argentina se supo que lo más importante sería Caracas. El seleccionado necesita conseguir un lugar en el próximo Mundial para seguir potenciando a quienes reemplazarán a la Generación Dorada. Tarea difícil si las hay la que ha caído en las manos de muchos jugadores jóvenes, liderados por el gran capitán, Luis Scola. Deberán hacer camino al andar, crecer, desarrollarse y convertirse en números puestos de la selección, mientras intentan conseguir resultados positivos.
Los nombres de Ginóbili, Delfino, Nocioni, Prigioni, Oberto, y tantos otros que agrandaron la figura albiceleste mundialmente, han dado un paso al costado en el objetivo del premundial y Lamas comprendió que era el momento de dar pista a las generaciones futuras. Así en estos dos meses de preparación de la selección han aparecido los Campazzo, Mata, Espinoza, Delia, Safar, Mainoldi, Bortolín, entre otros, para ilusionar a los seguidores del equipo argentino más ganador de los últimos 10 años.
Fernández, uno de los que ha conseguido un lugar en la nueva generación de la selección
La idea es clara, lo han dicho el entrenador y los jugadores más experimentados: mantener a la Argentina entre los mejores 10 seleccionados del mundo. Esta tarea deberá ser concretada al mismo tiempo que se intenta crear un grupo fuerte como el que lideraron las estrellas mencionadas.
Entonces usemos la cuestión basquetbolística para poder sostener la hipótesis de una nueva generación en la selección.
Desde el comienzo del último proceso tan exitoso se supo que Argentina nunca tendría los jugadores más atléticos, más altos o más fuertes. Los nuestros tienen que aportar en otros casilleros para llegar lejos. Entonces siempre se puso como norte la generosidad para que sea el equipo el que logre los triunfos y no los individuos por sí solos. Así la mística se fue generando mientras se conseguían resultados increíbles.
La rotación de balón, encontrar siempre al hombre libre y mejor posicionado, ser inteligente a la hora de quebrar defensas y cuidadosos con el manejo, son algunos de los puntos que Lamas quiere inculcar al grupo de jóvenes. Sin dudas que la presencia de Scola facilita esta tarea, un líder de los que hablan mucho dentro de la cancha y enseñan más fuera de ella.
Safar le aporta mucho tiro exterior en la posición de escolta a la Argentina
Así fue cómo cada uno de los bases que hoy día conducen a la selección, Campazzo, Lapprovíttola y el “Lobito” Fernández, cumplió a la hora de comandar los ataques. El DT decidió, sobre todo en el final de la preparación con el plantel sin lesiones, mechar a cada uno de los bases para que tengan minutos, sabiendo que el de Peñarol sería el encargado de ser el titular.
Tanto el ex Lanús, como el nuevo jugador del Sassari de Italia, tuvieron su momento de demostrar porqué están en consideración. Nicolás se entendió muy bien con los internos, jugando la pared y desmarque con Scola, “Pipa” Gutiérrez y Delia; mientras que el “Lobito” también intentó con gran efectividad en el pick and roll, pero mostró su intensidad y buena toma de decisiones.
A la hora de buscar tiradores, Lamas ha encontrado interesantes actuaciones de Selem Safar, Marcos Mata (estuvo lesionado buena parte de la preparación) y Leonardo Mainoldi. Los dos jugadores de Boca y el de Fuenlabrada fueron los tiradores más consistentes de Argentina, y han agregado efectividad a la posición de escolta, que con los años no ha logrado tener un exponente más allá de Ginóbili. Lo podría haber sido Paolo Quinteros, pero nunca estuvo del todo comprometido con los procesos del seleccionado.
Scola sigue siendo el Alma de la selección y ahora lidera un grupo de juveniles
Pasando a las posiciones de alero, alero fuerte y pivot, es donde más ha logrado avanzar Lamas. Una de los motivos para decir esto es la versatilidad que le entrega Pablo Espinoza al DT. El jugador del Macae de Brasil es uno de los tapados de esta selección. Con sus 2 metros de altura entrega porte a la posición de alero, agregando buen tiro externo y gran capacidad reboteadora. Otra causa del avance es lo afianzado que se mostró el “Pipa” Gutiérrez como segunda vía de goleo interna. Con su altura, presencia y tiro exterior trae variantes para el DT, además de permitir que Scola juegue en su posición natural de número 4. El tercer motivo por el que se ha avanzado más tiene que ver con las consolidaciones, lentas pero seguras, de Marcos Delia y Matías Bortolín.
En el sector defensivo y en los rebotes es donde Argentina puede sufrir más si no está completamente en sintonía. Se notó por pasajes en la final de la Copa Tuto Marchand ante Puerto Rico, cuando el seleccionado se cerraba demasiado en la zona, permitiendo que el local castigue desde lejos. Otro punto que preocupa es la facilidad con la que los bases rivales muchas veces rompen la primera línea defensiva, tarea que deberán cuidar el base y escolta de turno para no dejar expuestos a los internos ante las penetraciones de jugadores como Barea o Huertas. Un acierto de Lamas en este apartado ha sido la convocatoria de un jugador como Adrián Boccia, experto en robos de balón y ayudas defensivas.
Lamas tiene la ardua tarea de comandar el recambio generacional de la selección
La cuestión rebotera ha sido el carma nacional desde siempre y tiene que ver con la falta de talla y músculos debajo del aro. De todas formas un buen box out, concentración y no permitir que el rival cargue los tableros puede maquillar esta debilidad. Luego de esos rebotes que pueden caer en manos argentinas deberán nacer rompimientos más veloces en ataque, yendo a contramano de los últimos años de la selección, en los que correr no era un arma muy utilizada, y hoy, con la inclusión de tanta juventud, ha sido una forma interesante de agarrar a las defensas desordenadas.
Hay espacio para la ilusión. Un promedio de algo más de 25 años de edad provoca buenos augurios para este grupo. Con el tiempo se irán uniendo juveniles que también piden pista, como Vildoza o Garino. De conseguir la clasificación a España, Lamas tendrá un lindo problema entre manos. Con la vuelta (uno imagina casi segura) de los “Dorados” para el Mundial, el DT tendrá que elegir bien los jugadores que completarán un plantel que promete ser muy competitivo y mantener el nivel de elite que ha tenido la selección en los últimos años.