Por: Ignacio Damonte
Será difícil de digerir el mal trago que Dominicana le sirvió a la Argentina. Luego de haber arrancado el torneo con un convincente triunfo ante Paraguay, el equipo de Lamas dejó una pobre imagen (91-72) tanto en defensa como en ataque, en su segunda presentación en el Premundial de Caracas.
De entrada los dominicanos marcaron el ritmo del juego y evidenciaron que sería una noche muy productiva para su ataque. Desde la conducción de Coronado, con los tiradores Ferleine y García, fueron limando a la defensa albiceleste de afuera hacia adentro. Los porcentajes de triples son la muestra clara de este apartado: 61 por ciento, con 11 de 18. Pero no sólo de efectividad se nutrió Dominicana, sino que aprovechó la notoria baja en la intensidad defensiva de Argentina.
El primer cuarto el seleccionado nacional permitió 26 puntos, lo que es una barbaridad para cualquier equipo de Lamas que siempre se caracterizó por cuidar sus espaldas y luego pensar en cómo atacar. La llave para que se caiga el plan del entrenador fue la confianza de los tiradores rivales y la notoria falta de competencia en cada triple que intentaron.
Cuando a la Argentina le tocaba subir el balón y poner puntos en el marcador se encontró con dos deficiencias. La primera, la falta de aciertos moviendo la pelota. Hubo pérdidas tontas y cada vez que uno de los tiradores quería librarse de sus marcas debía revertir la anaranjada a algún compañero y esto no desacomodaba a la defensa de Dominicana, perfecta en las rotaciones. Les pasó a Mata y Boccia (jugó de entrada para subir la altura de la alineación) desde el comienzo y nunca pudieron encontrar continuidad. La otra razón por la que los nuestros no consiguieron anotar con facilidad fue la poca presencia en el aro rival. Cada posesión en ataque terminaba en un rebote en las manos de los internos dominicanos, sin posibilidad de apenas pelear por el balón.
Hasta aquí el primer cuarto ya era historia y Lamas decidió mover el banco para cambiar. Consiguió en el segundo período enderezar el barco. El ingreso de Laprovittola, primero como conductor, luego como doble base junto a Campazzo, fue lo mejor que se le vio al seleccionado. El ex Lanús y ahora jugador de la liga brasileña, fue el único que supo cómo jugar el partido. Sabía que la solución estaba en correr. Cuando el rival erraba, él y Facundo salían despedidos en ataque, provocando desajustes defensivos del contrincante y así puntos fáciles. Otro punto que permitió acercarnos fue la alineación baja y con tiradores que propuso el entrenador. Pipa Gutiérrez como centro y Mainoldi, Mata, Safar, y los dos bases, para abrir con tiros exteriores. Funcionó
Lo de Scola merece un párrafo aparte. El gran capitán y alma del equipo no estuvo fino. No fue ese jugador certero desde la llave, sino que falló muchos tiros fáciles y fue absorbido por las triples marcas que le proponían los dirigidos por Antigua. Cuando quería abrirse para probar su nueva arma, el tiro de tres, tampoco logró resultados positivos. Fue tan negra la noche de “Luifa” que apenas terminó con 13 puntos y una efectividad pobrísima (25 %) para la regularidad que lo caracteriza.
Pero así y todo, con problemas, y muchas dudas, Argentina se fue al descanso apenas dos puntos abajo (41-39). Era negocio para los de Lamas que habían sido una sombra del equipo que apabulló a Paraguay y apenas se mantenía en partido por el buen cierre en el segundo cuarto. Uno pensaba que el tercer período evidenciaría más paridad. Todo lo contrario.
República Dominicana entró al tercer cuarto con una racha de 9-0. Luego de que la banca no haya dado buenos números, los titulares volvieron a hacerse dueños del partido. Entraron un sinfín de canastas fáciles y Coronado volvió a manejar el ataque. Todos sus compañeros encontraron posiciones ideales para anotar. García y Feldeine siguieron castigando desde lejos, pero ahora se había sumado otra arma en ataque: Jack Michael Martínez, el enmascarado. Así los dominicanos cerraron el cuarto con 31 puntos, poniendo de rodillas a la Argentina.
El centro dominó las acciones en el segundo tiempo. En tres ataques seguidos de su equipo se encontró muy sólo debajo del aro y maniató a Gutiérrez, el único pivot que vio acción para Argentina en el segundo tiempo. Su presencia fue clave para que Argentina tenga que concentrarse en él y dejar tiradores muy abiertos. Ese arranque del segundo tiempo mostró a la selección desconcertada, tomando tiros malos y perdiendo el balón. Con el correr de los minutos la diferencia escaló hasta los 26 puntos y el partido ya se encontraba definido.
Lo bueno que había mostrado la selección con Laprovittola en cancha, ahora no alcanzaba para hacer frente a los dominicanos muy confiados y tranquilos con el resultado. El último cuarto no tuvo mucho sentido. Argentina intentó una pequeña reacción y pudo acotar algo los números, pero ya estaba todo dicho.
Las estadísticas quizás sirvan para explicar porqué los nuestros no mostraron la calidad que sabemos que tienen. Empecemos por los porcentajes de campo. A la hora de tirar de dos, Argentina apenas encestó un 36 por ciento de esos lanzamientos, mientras que desde los 6,75 tuvo un desempeño paupérrimo: anotó 6 de 27 triples. Los rebotes también fueron una molestia para Scola y compañía, ya que se vieron avasallados en la lucha de los tableros perdiendo 41 a 27.
En defensa había destacado la labor de Delía y Bortolín ante Paraguay. En esta oportunidad no existió. El de Boca, extrañamente, apenas jugó 6 minutos, mientras que el otro juvenil no vio acción. Apenas un tiro taponado de los nuestros dan una muestra clara de lo desamparada que estuvo la zona pintada. En el básquet sabemos que todo empieza desde la defensa y si no detenés los avances del rival es muy probable que te vayas con las manos vacías. Eso pasó este sábado en Caracas.
¿Cuánto complica este resultado a la Argentina? No tanto, es un certamen largo y las derrotas son una de las tantas variables que maneja el DT. Dominicana era uno de los rivales que podía darle mucha pelea a los nuestros, la clave está en que nadie pensaba que la diferencia sería tan abrumadora. Lo peor del resultado fue la ventaja en puntos, ya que para la segunda ronda habrá arrastre de unidades y si se pierde, lo mejor es hacerlo por un margen no tan amplio.
¿Cómo sigue la historia? Este domingo el seleccionado tendrá día de descanso. Será clave encontrar las razones para semejante derrota y agruparse para un lavado de ideas del entrenador. El lunes volverá a salir a la cancha ante el local, Venezuela, otro de los rivales débiles. Argentina tiene las de ganar, y más sabiendo que luego de semejante caída saldrán con la sangre en el ojo.
Síntesis
(72) Argentina: Scola 13 puntos, Mata 5, Campazzo 9, Boccia 2, Delía 3, Fernández 0, Laprovittola 13, Gutiérrez 12, Espinoza 2, Bortolín 0, Mainoldi 3, Safar 10
DT: Julio Lamas
(91) República Dominicana: Coronado 18 puntos, García 9, Feldeine 21, Vargas 8, Martínez 12, Sosa 7, Fortuna 2, Greer 0, Santana 2, Towns 0, Baez 8, Ramón 4.
DT: Orlando Antigua.