Por: Nicolás Gilardi
Después de un semestre para el olvido, empezar un nuevo torneo ganando, de visitante y a Belgrano son motivos de sobra para dibujar una sonrisa en el rostro. Luego, tendremos que hablar de un funcionamiento que volvió a dejar dudas, aunque siempre es mejor hacer ajustes en la semana con los tres puntos adentro.
También hay que anotar en el saldo positivo que dimos vuelta un resultado adverso y que el tempranero gol de Belgrano no nos mató anímicamente como venía sucediendo en los últimos tiempos…
Para corregir, en el primer tiempo volvimos a sufrir con los pelotazos frontales, que tanto daño nos hicieron en el primer semestre del año. Los laterales también se vieron desbordados en las subidas de los volantes rivales, aunque eso parece que fue más bien falla de la marca de los mediocampistas nuestros. En ese sector se lo vio muy sólo a Ribair Rodríguez, que se esmeraba mucho, pero parecía sobrarle mucha cancha y por momentos se le iba la pierna.
El “Cata” Díaz sacó todo lo que pudo en los primeros 45 minutos, ordenó la defensa en el segundo tiempo y encima, como frutilla del postre, hizo el gol del triunfo. Mejor retorno, imposible.
Muy bien Riquelme, haciéndose eje del juego y conductor. Metió tres o cuatro pases quirúrgicos que casi terminan en gol, sobre todo en aquel que habilitó a Gigliotti y después tapó Olave en el mano a mano.
Muchos hablarán del arbitraje. Sin embargo, en ese aspecto, el fútbol y los árbitros quitan y dan por igual. Sino, podemos recordar el último Boca-Belgrano, en la Bombonera. Ese día, Juan Carlos Pompei no convalidó un claro gol de Blandi y el partido terminó 0 a 0….hasta la próxima, felicidades…