Por: Nicolás Mavrakis
Autor #18
Edad: 43
Libro: Correo sentimental (Pánico el Pánico, 2012)
Temas: Amor como obsesión y deseo.
Por qué hay que leerlo: Correo sentimental es el monólogo de una mujer cuyo status de amante de un hombre comprometido con otra la convierte en grafómana. Esa grafomanía oscila entre la obsesión y la terapia, y encuentra su soporte en la escritura de mails que no siempre se envían. Esos envíos, esa falta de envíos, ese control represivo de las pulsiones, ese sobreabundante análisis de la anatomía de un amor no correspondido -en el que la palabra deseo, tal como la malgastan en sus consultorios los psicoanalistas, se repite como en la mente recién aflorada de una adolescente con inquietudes metafísicas- se vuelven, también, materia de más discurso, de más palabras, de más obsesión. Atravesada por el ansia narcisista del sufrimiento -regodeo que en el plano actual de ciertas novelas sentimentales podría equipararse al regodeo en la muerte de ciertas novelas setentistas-, la voz de la protagonista de Correo sentimental se construye a sí misma bajo un martirio de proporciones en la frontera de la redundancia.
Atrapada entre la glosa cauterizada del diván, la autoflagelación emocional y un amor que no puede pensarse más allá de las tribulaciones de una voz femenina arrasada por una experiencia que no termina jamás de desnudarse -pero que se deja intuir como iniciática y tardía a la vez en el amplio campo de las relaciones humanas contemporáneas-, la presencia silenciada del hombre amado deviene, por ese mismo proceso de abolición, en la del ominoso proveedor de placeres incautos que sólo pueden decodificarse más tarde como justos castigos. ¿El eco de una imagen paterna que vuelve? ¿El castigo moral para quien ha transgredido las costumbres más beatas del amor? ¿La hagiografía de una mujer que sacrifica su psíquis, su palabra y su neurosis ante el hombre que le ha retirado la posibilidad llana del placer? Tal vez sea el ímpetu irreflexivo del sentimentalismo adolescente, ligeramente dark y ligeramente ingenuo, flotando de principio a fin en Correo sentimental, la principal barrera para que esas preguntas no terminen jamás de formularse, ni responderse.
¿Por qué leer Correo sentimental en el futuro?
Porque seguimos leyendo Las desventuras del joven Werther aunque ya nadie escriba cartas en papel.
¿Papel o bytes?
En la pregunta de bytes o papel tengo que elegir el “o” porque es lo que está en el medio. Creo que bytes y papel es posible y necesario.