Anécdota: David Copperfield

#ColoresDeMilagros

buho

Nunca me voy a olvidar la emoción que me provoco ir a ver al mago David Copperfield al teatro. Será que no tenía expectativas en su show que me pareció mágico. Me emocione en varios momentos a lo largo del espectáculo, te hacia volar, te hacia creer, me hizo llorar. Pero con gran desilusión las semanas posteriores a su presentación estuvieron llenas de comentarios de que las el show estaba arreglado, las personas elegidas eran parte del staff permanente del show, en realidad no había magia sino todo estaba montado y digitalizado. No había nada al azar.
Al año siguiente, David Copperfield vuelve a presentarse en la Argentina y vuelvo a ir, esta vez sin esperar que me sorprenda y ante mi sorpresa termino siendo elegida para ser parte de su magia.
Así fue como subí al escenario y su energía me envolvió de una manera como si me encontrara en un trance. Estaba totalmente atónita ante él, me parecía bello, cosa que antes nunca hubiera destacado. De esta forma me hizo que eligiera mentalmente uno de los signos de los dibujitos de unas fichas que tenían manos, caritas, corazones y no se lo dijera. Elegí la carita feliz y mágicamente luego de tomar todas las piezas en mis manos y con el solo paso de las manos de David sobre las mías, todas las diferentes piezas se convirtieron en mi carita feliz.
Volví a sentarme en mi asiento atónita ante tan magnifica experiencia, nunca sabre como las diferentes piezas se convirtieron en la que había pensado porque mis manos nunca se abrieron para que fueran cambiadas. De alguna forma, todas las confabulaciones contra el desaparecieron dada mi posibilidad de ser parte de su show y subir al escenario. Podía volver a creer en su magia, podía volver a emocionarme en su espectáculo. Era un artista que te hacia soñar, no me importaba saber cual era su secreto, solo disfrutar de esa sensación de poder volar.