Cuento para dia de lluvia: “CUENTO Y REALIDAD”

#ColoresDeMilagros

417960_10152795402520165_1676093992_nSalí del bar convencida de que estaba en duda de ir a bailar esta vez así que prefería volver a casa a dormir, aunque no tenia sueño y por eso necesitaba hacer unas cuadras caminando. Decidí entrar a otro bar que estaba a la vuelta del lugar donde me encontraba pero la música me saco a los minutos. Estaba para algo mas tranquilo. Así que decidí volver a caminar y recordé que cuando era chica me gustaba perderme en la noche, que me llevara de paseo. Decía que era un mosquito que observaba las situaciones. Así que llegue a una esquina y estaba dispuesta a tomarme el taxi cuando me acuerdo que había una bar a media cuadra que hacia mucho que no iba. Tal vez a alguien me encuentre. Como una maquina a vapor me disponía a entrar al lugar y me agarran de la mano y me dicen “ya no saludas, no me reconoces”. Miro a la persona que tenía apresada a mi mano y era Diego. Hacia más de 14 años que no lo veía, pero en ese segundo que nuestras miradas se encontraron paso toda nuestra historia de nuevo en mi retina, tantos encuentros y desencuentros a la vez. Me parecía tan loco verlo de nuevo principalmente porque pase a su lado y no lo mire. Me empieza a preguntar de mi vida, que estaba espectacular, mejor que nunca cosa que compartía. Siempre me había parecido un esplendido y por más que su cuerpo tenía signos del paso del tiempo lo seguía siendo. Me mira y me dice te invito un trago tenemos que ponernos al día estuve viviendo afuera y acabo de aterrizar en argentina de nuevo. Me agarra de la mano y salimos caminando unas cuadras en las cuales me dice: siempre sola, sos increíble, ¿que hacías?. Y yo lo miro, mientras pensaba que esto hacia mucho tiempo que no lo hacia y justamente me haces acordar a esa mujer que salía para que la vida la sorprendiera y siempre lo lograba. ¿Cual seria el mensaje al encontrarlo pensaba en mis adentros? Pero decidí apagar la mente por un rato y vivir el momento: no tenía sueño y había estado abierta a la sorpresa por más que esto resultara mas que inesperado. Yo estaba muy tranquila y el verborragico. Se notaba que estaba sorprendido pero a la vez feliz de encontrarme y yo me encontraba pensativa. Caminábamos con dirección a un bar y de repente me agarra con delicadeza contra la pared y me besa apasionadamente y nuestros cuerpos naturalmente se encontraron como solían hacerlo. El ocupaba su rol y yo simplemente fluía. Los besos seguían siendo lindos y aunque 14 años habían pasado parecía que seguíamos siendo los mismos que el tiempo nunca hubiera transcurrido. Nuestras almas eran las mismas y nosotros volvíamos a encontrarnos de la misma manera casual. Empezó a hablarme de su vida en el taxi que nos llevaba a casa. Era un nómada, había vivido en varios lugares y cambiado de profesión varias veces. Tenia un hijo de 6 años y su ex mujer lo había engañado con otro hombre igual que cuando lo conocí. Sus historias se repetían y la traición siempre estaba cerca de su vida, lo cual hacia pensar en que se traicionaba.

Llegamos a casa. El estaba entregado y me lo hacia sentir. Yo estaba cautelosa y tímida. No sabía porque estaba viviendo esta situación pero estaba segura que era información para mi alma. Tomamos algo y me dijo de hacerme masajes, los cuales necesitaba. Me mimo incansablemente hasta que terminamos enredados entre las sabanas como solíamos hacerlo. Aunque había olvidado lo bueno que era. Como no enamorarme de él con el buen sexo que me proporcionaba pensaba en mis adentros. Con 21 años disfrutaba de algo que hacia confundirte por la intensidad que tenia pero ahora podía entender que solo era eso. Nos acostamos y me enredo como un pulpo entre sus brazos, no temía demostrarme afecto y claramente yo lo dejaba. Me beso sin respirar, me abrazo toda la noche, me quiso más de lo que podía imaginarme que pudiera hacerlo y me desperté con esa sensación de haber dormido días enteros. Ni bien nuestros ojos se abrieron, nuestros cuerpos se encontraron y volvieron a fusionarse. Esta vez lo hicieron con mucho amor. Un amor sin tiempo ni explicación pero con una pasión inextinguible. Estábamos más que satisfechos de habernos encontrado pero, ¿habría un futuro ahora? Pensé que iba a decirme que se iba ya que nuestros teléfonos empezaron a sonar pero me dice de desayunar juntos. Ya era pasado el mediodía. Me dice que tendría que haber hecho trámites a la mañana pero hacia tiempo que no dormía tan bien y que le había encantado verme, y mientras me encontraba en la cocina encuentra las cartas de tarot y me dice de tirarlas. Y como si las cartas develaran esos velos que no se ven se dispuso a escucharme. Ya no tenia 21 ni estaba confundida. Era una mujer segura que sabia lo que quería y podía observarlo. Primero pregunto por trabajo y luego me pregunto si no me faltaba el respeto preguntándome por otra mujer. Le dije que claro que no y aproveche para dejarle en claro que lo nuestro no tenia futuro que simplemente nos encontrábamos y teníamos esa explosión de energía casi de corto circuito cada vez; pero que no lo veía como compañero (me animaba a decirle que no, por primera vez entendía que a veces por mas encuentros y conexiones y belleza que el poseía-mas lo veía y mas lindo estaba- no era. Y estaba bueno darme cuenta porque nunca la historia en el pasado se había concretado y no quería esperar un llamado ni empezar una historia esta vez). Cada uno tenía su mochila. Las cartas hablaban por mi y el empezó a mostrarme todo su caudal de amor. De esta gran seguridad que mostraba se partió en dos y logre ver a ese niñito interno que era con el cual me vinculaba y jugaba. Saca de sus bolsillos unos papeles escritos en puño y letra y me pregunta de nuevo si no me molestaba que me leyera algo que había escrito. Claro que no respondí. Me leyó una carta de amor que le había escrito a Talía esta mujer que durante unos meses había sido su futuro, su familia, y que creyó que iba a ser para siempre. Lagrimas corrían casi invisibles por mi mejilla al escucharlo sabiendo que no eran para mi pero que lindo saber que un hombre puede sentir tanto por una mujer. Ni bien termino de leerla. Le dije que tendría que dársela, que esa carta era para que llegara a su destinataria porque era hermosa en si misma y hablaba del amor real con sus idas y venidas y sus vericuetos impensados y que si podía sentir todo eso por alguien que estaba bueno darse una nueva oportunidad. Me contó como la conoció y me pareció increíble como la vida te encuentra en lugares inesperados y que cuando tiene que ser sucede sin importar nada. Yo que vos, volvería a buscarla pero no con el dolor y la postura de la pavada que los separo sino las ganas y el motor para continuar algo que valía la pena. Sus ojos me mostraban esperanza. Me abrazo fuerte y me dijo gracias. Seguís siendo bella de todos lados. Siempre fuiste linda desde la primera vez que te vi y lo seguís siendo. El también seguía siendo atractivo con sus 43 años pero nada nos vinculaba y pude vislumbrar que a pesar del paso de años lo único que nos podía conectar era la piel que existía en la cama y ese cariño que se crea luego de tanto compartirla y de saber que a pesar de todo no era un desconocido más. En sus ojos quería ver a esa mujer de 21 años que había sido en sus brazos y podía encontrarme y reflejarme como una mujer con experiencia y que antes que nada había ganado confianza en si misma y en su belleza. Logro decirme todo lo que había esperado saber hacia 14 años atrás solo que ahora no me interesaba ahondar más y ni tuve que preguntarle, solito me hablaba y yo lo escuchaba. Lo vi humano y entendí porque no habíamos estado juntos mas que todas las veces que nos habíamos encontrado, a veces simplemente es eso y yo entendía que quería estar enamorada y el lo estaba pero yo no era y por suerte tampoco quería que fuera. Volvió a salir por la puerta de mi casa sin mi número y sin prometernos nada. Me había dicho todo lo que necesitaba saber y que tal vez había esperado todos estos años para entender. A veces simplemente te encontras con alguien para mimarte sin futuro sin pasado solo para disfrutar del encuentro de ese mismísimo momento. Cada uno con su mochila pero como en un encantamiento por una noche desaparece y te permitís danzar en la vida y en esa felicidad casi imperceptible que dura segundos hasta que te despertas y te das cuenta que tu vida sigue y que por primera vez no te confundís con el cuento y la realidad.
FIN