“El niño, guiado por un maestro interior trabaja infatigablemente con alegría para construir al hombre. Nosotros educadores, solo podemos ayudar…Así daremos testimonio del nacimiento del hombre nuevo.” María Montessori
Uno es feliz cuando cumple sueños. Estar en Rusia es un sueño cumplido y cada día me sorprende. Un problema humano es hablar sin experimentar. Muchas veces la experiencia propia cambia la perspectiva de lo que pensamos que es la realidad.
Si me pudiera imaginar un jardín de infantes de sueños sería muy parecido a WIN-WIN KIDS en Moscu(https://www.facebook.com/winwin.kids.ru) donde estuve, frutos por doquier de los árboles para comer, animales para tocar y jugar, juegos para usar la inteligencia y resolver, un lago para conectarse con las emociones, huertas, laberintos, cosas reutilizables de manera sustentable y en la parte mas verde de Moscu donde un puente rojo de otro planeta parece que te da la bienvenida al futuro. Mi niña interna floreció en la tierra de Tom Sawyer y hasta jugar con conejos pude. Me hizo pensar en el futuro, o en los futuros posibles que no vemos, mientras Moscu avanza en su tecnología y desarrollo, hay zonas donde el verde y el ecosistema se cuidan para lograr otra atmósfera dentro de la ciudad y donde un jardín sustentable puede convivir y plantear vivir distinto, donde niños pueden sentirse cerca de la naturaleza sin tener que ir al campo y donde la creatividad y la inteligencia se estimulan desde el juego. Pensaba en que hacia poco me imaginaba plazas donde hubiera huertas y arboles frutales para que pudiéramos comer de ellos sin necesitar verdulerías y donde pudiéramos cuidarlos como parte de nuestra casa que es de todos, y mientras veía ese futuro a un tiempo un jardín en Moscu me mostraba que ya estaba sucediendo o funcionando y que los niños cultivaban sus verduras y que podían disponer de comer de los arboles que el jardín cultivaba, frambuesas, cramberries, cerezas y otros frutos se disponían entre damascos y verduras.
Este jardín de infantes se basa en la escuela de Montessori, es un método educativo alternativo basado en las teorías del desarrollo del niño ideadas por la educadora italiana María Montessori a finales del siglo XIX y principios del XX. Su libro El método Montessori fue publicado en 1912. Este método se caracteriza por poner énfasis en la actividad dirigida por el niño y observación clínica por parte del profesor. Esta observación tiene la intención de adaptar el entorno de aprendizaje del niño a su nivel de desarrollo. El propósito básico de este método es liberar el potencial de cada niño para que se autodesarrolle en un ambiente estructurado. El método nació de la idea de ayudar al niño a obtener un desarrollo integral, para lograr un máximo grado en sus capacidades intelectuales, físicas y espirituales, trabajando sobre bases científicas en relación con el desarrollo físico y psíquico del niño.La mayor señal del éxito de un profesor es poder decir: “Ahora los niños trabajan como si yo no existiera”. Así, la escuela no es un lugar donde el maestro transmite conocimientos, sino un lugar donde la inteligencia y la parte psíquica del niño se desarrollará a través de un trabajo libre con material didáctico especializado.
«El niño, con su enorme potencial físico e intelectual, es un milagro frente a nosotros. Este hecho debe ser transmitido a todos los padres, educadores y personas interesadas en niños, porque la educación desde el comienzo de la vida podría cambiar verdaderamente el presente y futuro de la sociedad. Tenemos que tener claro, eso sí, que el desarrollo del potencial humano no está determinado por nosotros. Solo podemos servir al desarrollo del niño, pues éste se realiza en un espacio en el que hay leyes que rigen el funcionamiento de cada ser humano y cada desarrollo tiene que estar en armonía con todo el mundo que nos rodea y con todo el universo». Maria Montessori
Basó sus ideas en el respeto hacia los niños y en su impresionante capacidad de aprender. Los consideraba como la esperanza de la humanidad, por lo que dándoles la oportunidad de utilizar la libertad a partir de los primeros años de desarrollo, el niño llegaría a ser un adulto con capacidad de hacer frente a los problemas de la vida, incluyendo los más grandes de todos, la guerra y la paz.
Luego fuimos con mi amiga rusa a recorrer la zona de Krylatskoe y nos encontramos en un parque donde hay un manantial natural de aguas de la virgen que hace milagros donde la gente la toma, se baña porque según ellos uno se cura y sin tener la vestimenta adecuada pero sin querer dejarlo para una próxima visita al ver a un hombre tirándose baldes del agua congelada del manantial, decidí seguir sus pasos. Aventura en mi mente y creer en mi corazón deje que un ruso me tirara tres baldes de agua fría y sintiera una felicidad inimaginable, el sol brillaba y el verde me rodeaba. Mi amiga siguió mis pasos y así las dos nos bautizamos en un manantial de los milagros con un ruso que me decía en ruso “es la manera de divertirse a lo ruso”. Cada día una aventura, de eso se trata la vida. Al rato estábamos secas y energizadas y yo pensaba como sin tener que ir de peregrinación en moscu podías encontrarte con agua sagrada. A veces tan solo los lugares te llaman o te encuentran, creo que es lo mismo cuando estas abierto a que la vida te sorprenda, los milagros simplemente suceden.
Hoy termine las cinco primeras clases de talleres en Moscu, con una sensación maravillosa de gratificación, dandome cuenta de que mi taller funciona y sana, ya sea en Buenos Aires o en Moscu, porque enseño desde el corazón a conectarse con la pintura y la creatividad y permitiendo al otro mirarse. Los talleres trabajan la expresión artística pero también la energía que disponemos desde el color para energizarnos y ser más concientes de nuestro poder. El resultado ha sido increíble. Recibiendo además de gracias, abrazos, afectos y hasta regalos, percibiendo que la imagen que a veces uno tiene de los otros puede cambiar si uno se permite la experiencia.
Rusia me demuestra que cuando uno abre su corazón y enseña y da lo mejor que puede, siempre siembra y cosecha. Al compartir uno aprende y se renueva.
