Por: Julieta Botto
Hasta hace algunos años era incompatible pensar que lectura y televisión pudieran darse la mano. Hoy es un hecho.
Como les conté, yo siempre fui una niña lectora, pero, a la vez, me gustaba, de pequeña, consumir diferentes programas televisivos de ficción (sobre todo), porque me avivaban la imaginación, la creación de historias, personajes y paisajes. No sabía, en esa época, que tele y libros fueran antagónicos, pero podía percibirlo a partir del hecho de que mis padres no querían que «abusara» de la primera.
Los chicos de la generación actual, e incluso de un par anteriores, tienen otros consumos, otros vínculos con la tecnología y los nuevos dispositivos; y lo que antes era impensable, como es la relación de la televisión y los libros, hoy es una realidad que forja una nueva entidad en donde ambos se tornan complementarios.
Esto suena muy técnico, pero es simple, muy, y se traduce, en criollo, en que hay programas que pueden ayudar a que un chico reacio a leer tenga ganas de, al menos, acercarse a ver de qué se trata.
Hoy por hoy la televisión y los portales pueden colaborar no solo para estimular la lectura, sino, también, para que los niños que ya lo hacen refuercen sus ganas y sigan buceando en nuevas lecturas, historias y autores.
En la señal Pakapaka, este año se estrenó Zona Cuentos, un espacio que va de lunes a viernes a las 16, se repite a las 23:30, los sábados a las 4 y los domingos a las 0. En este programa, se leen cuentos inéditos de autores reconocidos; los chicos inventan historias a partir de una frase que da Sol, la conductora, y, finalmente, tras adivinar luego de recibir pistas, Ana Padovani narra un cuento clásico que es acompañado por un ilustrador invitado que mediante diferentes técnicas le da forma a la historia.
Además de este programa maravilloso y creativo, que da ganas de salir corriendo a buscar los libros, los ilustradores y los autores de esos cuentos, esta señal ha producido otros programas que están archivados y listos para ver, bajar en dosis (para no empacharse y tener más material para disfrutar), deleitarse y hasta aprender.
¿Quién dijo que la televisión era una caja boba? En los tiempos que corren, hay un viento de cambio: hoy la tele y las nuevas tecnologías pueden ser un maravilloso empujoncito para que los chicos entren al mundo de la lectura.