Luego de la tragedia que la enfermera Teresa Romero tuvo que pasar con el asesinato de su perro Excálibur a manos del Estado español, ella y su marido Javier Limón han decidido adoptar a una perrita llamada Alma.
(Foto: Diario El País)
Teresa junto a Javier y uno de los responsables políticos de la muerte de Excálibur, el alcalde de la localidad de El Alcorcón, David Pérez.
Excálibur fue asesinado por el sólo hecho de ser el perro de Teresa -quien se contagió de ébola atendiendo a pacientes que sufrían esta enfermedad- para prevenir posibilidades de contagio. Por suerte olvidaron matar a su marido, que hubiera sido la segunda víctima inútil de la estupidez e inoperancia de la sanidad española.
No hay forma de testear por ébola a perros. La medida fue preventiva. Pero para el experto en ébola y perros, David Leroy, matar a Excálibur fue completamente inútil. Los perros podrían ser capaces de ser portadores del virus sin ser infectados activamente. Ponerlo en observación para ver si realmente era portador hubiese servido para estudiar la posibilidad de contagio en humanos por contacto con perros, y una vez que el cuerpo de Excálibur hubiese eliminado el virus naturalmente, él hubiera podido continuar su vida junto a su familia.
A diferencia de lo que hizo el gobierno español, la perrita de la enfermera Dallas Pham fue protegida por las autoridades locales. Está claro que otras medidas eran posibles. Pero también está claro que no tenemos con animales la consideración que nos tenemos a nosotros. Y la pregunta es ¿por qué? Por discriminación.
(Viñeta: Paco Catalán Carrión)
Gracias al genial Paco Catalán Carrión por su contribución a la generación de conciencia sobre estos temas. Nuestros corazones están con él y con su familia.