Los rodetes de mi hermano

#EscritosDeLaVida

chismeLa realidad es la que incita a la palabra y luego vienen los párrafos que procuran precisarla.

Eso es lo que ocurre muy a menudo. De modo que quien escribe no hace ni más ni menos que pincelar el mundo. Pintarlo desde su mirada.

Yo no suelo escribir sobre mi familia para evitar inconvenientes. Pero como creo que me leen muy de vez en cuando, cada tanto puedo permitirme ese desliz.

Quizás por eso muy de vez en cuando me dejo tentar por situaciones que incitan escritos. Y en vez de replegarlos o acallarlos. Me doy cierta licencia para descubrirlos.

Es reconfortante y esclarecedor, dejarme llevar por las letras y hurgar en las profundidades de los hechos para comprender la realidad.

Nadie debiera molestarse porque siempre hay algo de literatura a partir de lo ocurrido.

Puede ser mínimo, pero siempre algo hay.

De todos modos, como medida precautoria diré que pondré un nombre de fantasía a mi hermano. Diré que se llama Juan Alberto. Juan por parte de mí querido abuelo. Alberto, porque es el segundo nombre de mi padre.

En conjunto le dan sobriedad, jerarquía. Juan Alberto suena más importante que Facundo.

Lo que ocurre es que mi madre me ha llamado. Ayer se ha comunicado para hablar conmigo y transmitirme los chusmeríos del pueblo. Pringles tiene la bendición de que siempre algo ocurre y merece ser contado.

A mi madre siempre la escucho con atención, más allá de que algunos hechos noticiosos no me importen en lo más mínimo. El respeto, el cariño y la admiración que tengo por la bondad de ella, hacen que me predisponga a obnubilar mi atención, cuente lo que cuente.

Fue al pasar cuando mi madre me ha dicho que mi hermano, Juan Alberto, le ha contado.

¿Qué le ha contado?

Una pavada, una nimiedad. Una insignificancia que atañe a mi vida.

No importa.

Juan Alberto se ha entusiasmado con la noticia irrelevante y le ha dicho a mi madre la buena nueva. Fue al pasar cuando me lo contó. Y otra vez pensé que Juan Alberto estaba poseído por una extraña rareza, que aún no ha sido categorizada por la medicina contemporánea.

El chusmerío.

O más bien, la obsesión por buscar datos de la realidad de una fuente para trasladarlos a otra con una celeridad inusitada.

Juan Alberto tiene esa destreza. Y a juzgar por su habilidad, debo reconocer en él una maestría digna de ser condecorada.

Mi hermano le ha dicho a mi madre y ella me ha dicho a mí. Pero antes me llamó Esteban y al pasar también me ha contado. Me ha confirmado que Juan Alberto le había dicho. Y que por eso sabía. Lo mismo me ocurrió con la buena de Analía. Hablando temas de la vida como siempre me ha contado al pasar que ella sabía porque Juan Alberto la había informado.

Este tipo de situaciones se reiteran cuando voy a mi pueblo. Vaya a la circunstancia que vaya, siempre hay alguien que me dice.

Lo sabía.

Juan Alberto me lo había dicho.

O, ¿qué tal, tal cosa? –me suelen preguntar.

¿Qué cosa? –respondo.

Y ahí me cuentan que Juan Alberto les ha dicho tal o cual cosa que tiene que ver conmigo. Que por eso preguntaban.

Tal vez mi hermano logra entusiasmarlos con la noticia. Ahí puede estar la explicación de preguntas posteriores que parecería que quieren profundizar. Llegar al hueso del asunto.

Por más irrelevante que fuera.

Yo he crecido con este tipo de circunstancias. Resistiendo las preguntas indagatorias que muchas veces disparaba el ímpetu de Juan Alberto, tras hacer de las suyas.

Pensaba que nadie como Mirta, lideraba el chusmerío en Pringles.

Su habilidad por rescatar información. Su ímpetu requisitorio. La destreza que desplegaba para acorralar a los visitantes con mates, en la mesa del comedor. Su capacidad de imaginar a partir de muy pocos datos…

Sin dudas, Mirta era la número uno del chusmerío en Pringles.

Había dedicado su vida a eso.

Pero me equivoqué.

Definitivamente Juan Alberto es quien está en la cima del podio.

Escritos de la Vida - Juan Valentini

 

*Juan Valentini es autor de “Escritos de la Vida”. Los contenidos de este Blog no forman parte del libro. También es autor del libro de superación personal “El Campeón: filosofía práctica para ganar en el juego e imponerse en la vida”.