Todo tiene su precio.
Exponerse tiene el suyo.
Por eso para mucha gente es mejor preservarse.
Quedarse entre bambalinas.
Es una decisión que eligen o elegimos en ciertas ocasiones, porque se trata de un lugar seguro. Nada puede pasarnos.
En cambio, exponerse.
Asomar la cabeza.
Cuidado.
Puede ser peligroso, sobre todo si están las fieras merodeando.
Esperando.
Que alguien se asome, para ajusticiar con rabia. Cuando presenta disidencia o se atreve a ver el mundo con otros ojos.
Los suyos.
El tema es que no exponerse, es una actitud mezquina, egoísta y cobarde.
Aunque pueda parecer una especulación razonada y conveniente.
Cuando alguien calla y no dice lo que piensa, no solo se traiciona a sí mismo. Y honra la cobardía. Genera una incidencia peor.
Deja el mundo como está.
Lo convalida, aún en sus peores aspectos.
Y hace que la realidad siga siendo la misma, sin imprimirle el más mínimo de los matices.
Pero ya sabemos que no es gratis exponerse y puede ser peligroso.
De ahí, pienso yo, que mucha gente elige mantenerse sigilosa. Detrás de las bambalinas.
Prefieren resguardarse.
Y en parte tienen razón.
Porque si se asoman, les pueden cortar la cabeza.
Hacerla rodar luego. Y mostrarla al público.
Pero si se callan, les pueden robar la libertad y hasta los sueños.
Y eso, para cualquier persona que tenga dignidad, es inaceptable.
*Que tengan un excelente día. Hasta la próxima!
*Juan Valentini es autor de “Escritos de la Vida”. Los contenidos de este Blog no forman parte del libro. También es autor del libro de superación personal “El Campeón: filosofía práctica para ganar en el juego e imponerse en la vida”.