Cuando era chico era bastante mentiroso, luego dejé de serlo. Me quedan solo vestigios de aquellas lógicas, que en verdad apuntaban a salvarme.
¿Salvarme de qué?, de las circunstancias que no podía hacerme cargo. Porque la mentira en verdad cumple una función. Tiene su fundamento.
Nos rescata de asumir la responsabilidad de quienes auténticamente somos y por H o por B.
Nunca se entiende por qué no se dice también por C.
Por H o por B, nos ayuda a salir airosos del entuerto. Y quedar a salvo del ajusticiamiento. Que significaría, nada más ni nada menos, el acomodamiento que obliga el mundo externo a nuestro desliz.
Y como, creo yo, que predomina el espíritu de preservación de la especie, hay quien prefiere el burdo truco de la mentira antes de despedazar por los aires su realidad y verse obligado luego a la trabajosa tarea de reconstruir su mundo.
Puedo hablar con cierta propiedad, porque de chico solía ser un exponente de quienes se valían de la mentira para salvarse gracias a esa destreza.
Tampoco es que podría haber sido el Presidente de la Asociación Argentina de Mentirosos. Estaba lejos de eso. Era, a lo sumo, ahora que lo miro de lejos, un socio vitalicio que muy de vez en cuando ingresaba al club.
Ahora de grande, no quiero decir que soy puritano y he atravesado un proceso de purificación que produjo la alquimia de la mentira a la sinceridad. Claro que no.
Pero sí, me he deslizado con cierta predisposición hacia la verdad y en ciertos casos hacia el sincerisidio. Mundillo también interesante y peligroso.
Debe ser porque uno en la vida elige. Y en el fondo de las elecciones también está ésta.
Si vamos a vivir en la verdad o en la mentira.
Permitirnos la primera opción creo que es el desafío mayor, porque nos impulsa a ser consecuentes con quienes somos.
Y evita mentirnos a nosotros mismos.
*Que tengan un excelente día. Hasta la próxima!
*Juan Valentini es autor de “Escritos de la Vida”. Los contenidos de este Blog no forman parte del libro. También es autor del libro de superación personal “El Campeón: filosofía práctica para ganar en el juego e imponerse en la vida”.