¿Por qué leemos?

#EscritosDeLaVida

Decir por qué leemos y arrogarse una respuesta última y definitiva, además de ser una intención improcedente, sería una acción de riesgo, que alentaría al espíritu dañino y malicioso a propinar unos buenos golpes, diciendo que la propuesta sugerida por más razonable que fuera, es lisa y llanamente una pavada atómica, que no merece la más mínima de las consideraciones, y que…

Este “y qué” es importante porque las bravuconadas, sobre todo cuando son anónimas, suelen desplegarse sin inhibición alguna.

Y que, entonces, se deje uno de hablar pelotudeces y se vaya a donde por consideración a los lectores, no puedo contarles.

Eso podría ocurrir si uno se atreviese a decir cómo son las cosas y si además pretendiese que las cosas sean así, no solamente para uno, sino para toda la humanidad. Error que suele ser frecuente y que estimula acaloradas discusiones porque esa pretensión en su naturaleza es fallida, dado que en cuestiones sociales, donde siempre opera la subjetividad, resulta imposible arribar a precisiones únicas e irrevocables.

Por eso es mejor decir, según mi opinión. O según mi punto de vista. O en mi experiencia…

Todos recursos que actúan como un escudo frente al latente latigazo cizañero y ajusticiador que puede dispararse por una afirmación desmedida. O bien, como sabemos, puede soltarse sin la necesidad de su existencia.

En mi caso, según mi opinión, y observando mi experiencia, a riesgo de equivocarme, leo para disfrutar, entretenerme y avivarme.

Aunque, si debiera ser más preciso, tendría que decir que la jerarquía está alterada, porque primero y ante todo leo para avivarme.

Es esa búsqueda de avivamiento la que me impulsa con ansias a abrir un nuevo libro, a conocer un nuevo autor, a entregarme a tantos contenidos que especialmente los domingos y viernes concentran mi atención.

Mi intención de leer para avivarme comenzó de pequeño y luego se extendió con los años. Antes se delimitaba en esencia a diarios y revistas, pero con la aparición de Internet y la proliferación de contenidos, el trabajo se ha vuelto más arduo.

Y según mi experiencia, es de nunca acabar.

Lo que es lo mismo que decir, que el avivamiento tal y como lo imaginamos algunos, un avivamiento claro, certero, inequívoco. Un verdadero avivamiento que nos explique todo de manera unívoca e irrebatible. Ese avivamiento siempre será un avivamiento fallido.

No por eso, debería desalentar su búsqueda. Por lo menos de quienes leemos para avivarnos.

Porque los que creen que nacieron avivados, además de estar convencidos de tener todas las respuestas acertadas, no tienen este problema.

 

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tapa2 para faceEscritos de la Vida - Juan Valentini