¿Hay una crisis de valores?

#EscritosDeLaVida

Los valores son en esencia los que condicionan nuestros comportamientos. Actúan como una brújula para que decidamos nuestras palabras y nuestras acciones. Como resultado de ello, construimos la realidad en que vivimos y facilitamos la creación de la realidad que vamos a vivir.

Es cierto que muchas veces los valores operan en forma inconsciente en el individuo. Pero su accionar siempre los revela. Los hace visibles a los ojos de los demás.

En su conjunto, los valores que predominan en la sociedad son los responsables de generar la realidad que tenemos. Una realidad formada por aspectos positivos y negativos, pero que se produce a partir de esos valores que en forma individual o colectiva propiciamos.valores

Por eso sería relevante preguntarnos qué valores asumimos. Y cuál es la incidencia que puede ocasionar cada uno de ellos.

Esa tarea es una posibilidad íntima y personal, que cada uno sabrá si quiere realizar, porque la decisión de vivir con mayor o menor nivel de consciencia la vida, es personal e intransferible.

Como son personales e intransferibles las consecuencias de nuestras acciones, impulsadas desde los valores que ejercemos.

Lo cual no quita que como sociedad tengamos un problema. Estamos todos afectados por los valores predominantes que practicamos. Y recibimos las consecuencias que ocasionan en su accionar.

De ahí que si como sociedad somos capaces de fomentar valores meritorios, nos beneficiamos todos. Y si propugnamos disvalores todos nos perjudicamos.

Muchas veces se dice que vivimos en una crisis de valores, pero los ámbitos educativos formales parecieran interesarse más en propagar información, que en facilitar un espacio para que el alumno pueda reflexionar y construir los pilares básicos que afectarán su vida y a la sociedad.

¿La escuela se hace cargo de fomentar valores virtuosos para el ser humano que tienen luego injerencia en la comunidad?

Quizás hay una necesidad imperiosa de habilitar ámbitos para la reflexión y el debate de los valores. Tal vez el dinamismo de la vida distrae con urgencias y evita que podamos disponer de tiempos y espacios necesarios para pensar sobre temas importantes.

Si queremos construir una realidad virtuosa, deberemos explorar y trabajar en esa zona invisible pero trascendente, que es la subjetividad. Para crear valores destacables en el ser humano.

El riesgo mayor es la propagación de disvalores que con descaro se expresan en la sociedad, y cada día festeja un público más masivo. El mismo público que es víctima de la picardía ajena, la viveza criolla y los flagelos que tanto daño ocasionan y que ni siquiera hacen falta mencionar porque todos los conocemos.

Tal vez el desafío mayor es revertir la degradación de la persona y facilitar las condiciones para ascender a la virtud del ser humano.

Miremos menos las conductas finales y preguntémonos más por los condicionamientos que las impulsan.

 

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