Los músicos se organizan en cooperativas

#FábricaDeLaCultura

Los tangueros tomaron el ejemplo de San Pugliese. Los del pop, también. El objetivo de los músicos cooperativistas es ganar y perder “por igual”. Grabar un disco se convirtió en un lujo: es caro y se vende poco, pero sigue siendo la carta de presentación ineludible. “Sin un disco físico no existís”, dicen mientras suman fuerzas para insertarse en el mercado y vencer los obstáculos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ya nos lo decía Ignacio Varchausky, fundador de la orquesta El Arranque: “Hay gente que se rompe el lomo e invierte en discos que no se los van a vender a nadie, pero que tiene que ver con el estímulo artístico real y que, por otro lado, sigue siendo esencial para existir en este pequeño o mediano circuito”.

Históricamente, algunas orquestas como la de Osvaldo Pugliese optaron por conformar una cooperativa para subsistir. Paradoja o no, la figura del bandoneonista no sólo se convirtió en el “Santo de los músicos” -que los protege de la mufa y los sordos- sino que, además, es un ejemplo en eso de la solidaridad económica.

La Fernández Fierro, una de las nuevas formaciones de tango más reconocidas conformó una cooperativa. “A ver… ¿Cuánto tiempo pasa hasta que ganás un peso con la música? Nosotros pensamos: perdamos todos por igual. Todos ponemos el hombro, el aguante, para sacar adelante el proyecto”, enfatizó Flavio Reggiano, también conocido como “el ministro”.

Reggiano reconoció, entonces, que hasta que llegue el día que puedan “hacer plata” con la música “puede pasar mucho tiempo” y por eso “la base es para aguantar”.

El proyecto suena bien y no sólo sobre el escenario, sino también en la proyección. “Nos extendimos a cosas por fuera de la música: tenemos el club y, entonces, de golpe no es sólo ir y ‘ensayar’, tenemos que administrar un espacio donde tocan también otros grupos”, dijo el ministro en diálogo con La 2×4.

Pero no es algo exclusivo del tango. En el rock, también se consigue: Submarino, es un colectivo de solistas que suman fuerzas para potenciar sus carreras artísticas. Tocan y componen juntos. Son mendocinos que se presentan así al resto del país: unidos.

“El que compone las canciones un poco dirige la batuta en esas canciones, pero hay mucha democracia a la hora de opinar y mucho respeto, nos tenemos mucho aprecio y hemos ido aprendiendo a comunicarnos cada vez mejor. Por otro lado estamos terminando una canción compuesta por todos. Una canción/juego que esta armada tipo cadáver exquisito, dónde cada cuál compone una cantidad de compases y después todos trabajamos las costuras entre las mismas para lograr embellecer ese Frankenstein que creo está tomando una identidad Submarina”, reconoció Leandro Lacerna, en declaraciones a la revista Raider.