Por: Mauro Gago
¡Hola! El propósito de este blog es conocer un poco más acerca de nuestra cultura occidental, entendiendo que gran parte de ella proviene de la cultura helénica. Ésta se propagó en distintas direcciones durante la época de Alejandro Magno hasta que el Cristianismo se apoderó de la mayoría de las creencias religiosas de Occidente, casi exclusivamente a través de Constantino I El Grande, que erigió al Cristianismo como religión oficial del Imperio Romano.
La Cultura Griega había sido adoptada desde los comienzos del insigne Imperio, sufriendo en el traspaso algunas modificaciones nominales, sobre todo en relación a los dioses, tal cual fuese el caso de Zeus (devenido en Júpiter), de Afrodita (convertida en Venus) y de Poseidón (transfigurado en Neptuno), por citar sólo algunos ejemplos. A simple vista, y casi sin quererlo, vemos la primera incidencia de la Mitología Griega en nuestra cotidianidad: la denominación de los planetas de nuestro Sistema Solar procede de ella, y dichas nominaciones no fueron efectuadas al azar. Pero este es un tema que formará parte de nuestras futuras publicaciones.
Nuestra primera entrega hará hincapié en ciertas palabras muy utilizadas por nuestra cultura, sobre cuyo origen o etimología, sin embargo, poco y nada se sabe. Vale aclarar que no es la intención establecer si los griegos llamaron así a sus personajes basándose en las distintas cosas que los rodeaban o si, por el contrario, estas cosas recibieron su nombre como homenaje a los personajes (sería como querer determinar se primero existe el huevo o la gallina), pero sí develar la conexión existente entre ambos.
El concepto de Harpía como sinónimo de maldad:
Cuando yo era chico, mi mamá solía nombrar a una vecina muy intolerante y gritona como harpía, y en una ocasión le pregunté que quería decir esa palabra, a lo que ella respondió: “tu vecina, la malvada y gritona de tu vecina, hijo”. Debo confesar que la respuesta me pareció injustificada.
Las Harpías (o Arpías) en la Mitología Griega eran unas mujeres aladas (casualmente hermanas de la diosa Iris) y en apariencia hermosas, pero que eran conocidas por robar la comida a los hombres y hacer sus necesidades sobre las mismas, como le ocurrió al pobre Fineo, otro personaje del repertorio griego. En sus apariciones, trocaban su aspecto en aves desagradables y violentas, que emitían un sonido chirriante insoportable (parecido al de las Sirenas) que dejaban a los hombres “enloquecidos” y hambrientos. Las harpías sufrieron transformaciones en su representación en otras culturas y mitos, adoptando la forma de pájaros con cabeza de mujer. Ahora, comprendo porqué mi mamá, de manera inconsciente, se ponía a cocinar luego de cada pelea con la vecina…
En la próxima publicación seguiremos desandando el camino de aquellas frases o palabras que utilizamos a menudo y que, no obstante, desconocemos su procedencia y etimología. Prometo ser un buen Anfitrión para tu visita…