Conociendo Atenas, la ciudad protegida por la diosa Atenea

#GreciaAplicada

UN RECORRIDO POR LA LEGENDARIA CIUDAD DE TESEO

Cuando uno pisa Atenas, inmediatamente se siente absorbido por una fuerza divina y mítica, caminando ante la mirada celosa de aquellos dioses olímpicos que aún viven, al menos en la mente de quienes amamos la cultura helena. Si bien es cierto que los restos arqueológicos remiten a un pasado de, en su mayoría, más de 4.000 años en la historia, con sólo cerrar los ojos y respirar el aire ateniense uno estará interactuando con Zeus, Atenea, Teseo y otros personajes en un encuentro de ensueño. Porque cuando uno asciende por la Acrópolis y comienza a observar el Partenón y el Erectión, por citar dos ejemplos, en estas construcciones milenarias descansa el alma de aquellos héroes legendarios de la Mitología Griega. Pero vayamos por partes:

El Partenón, en honor a la diosa Atenea Partenos (la virgen), en el centro de la Acrópolis

El Partenón, en honor a la diosa Atenea Partenos (la virgen), en el centro de la Acrópolis

Cuenta la leyenda que Hefesto, dios del fuego, intentó violar a la virgen Atenea, diosa de la guerra y la inteligencia, pero ella logró escapar del acoso de Hefesto, cuyo semen fue a parar al piso. Inmediatamente, Gea, divinidad de la Tierra, fue fecundada por el esperma derramado, dando a luz un bebé al que llamó Cécrope, que poseía una anatomía compleja: torso humano y extremidades bajas de serpiente. Al brotar del vientre de Gea, Cécrope adoptó el nombre de Erictonio (“nacido de la tierra”), por lo que se dice que fue el primer griego autóctono. Lo cierto es que Atenea sintió un profundo amor por el niño y siempre lo tuvo en su consideración, más aun cuando en su disputa con Poseidón por conseguir el culto de los antiguos habitantes del Ática, Erictonio eligió a la diosa y, precisamente, en honor a ella, llamó Athina (Atenas) a la ciudad.

Con este mito podemos advertir por qué en la Acrópolis, uno de los templos dedicados a la diosa se llama Erectión, en honor al primer habitante del lugar. Asimismo, en uno de sus laterales se alzan las famosas “Cariátides”, que sostienen sobre sus cabezas el techo del templo. Por otra parte, el edificio más emblemático de la Acrópolis, el Partenón, remite a la virginidad de Atenea, condición que en griego se conoce como “partenos”.

El Erectión, en honor al héroe Erictonio. A la izquierda, las sagradas Cariátides

El Erectión, en honor al héroe Erictonio. A la izquierda, las sagradas Cariátides

No obstante, los templos dedicados a Atenea no son los únicos que aún se mantienen en pie en Atenas. Por el contrario, el Templo de Hefesto se encuentra en la parte baja de la ciudad y su magnifico estado de conservación hacen que, al menos en ello, pueda jactarse de ser mejor que el mismísimo Partenón. Como dijimos, Hefesto era el dios del fuego, por lo que no es de sorprender que los antiguos griegos lo veneraran dadas sus actividades alquimistas.

El Templo de Hefesto se encuentra dentro de un parque, fuera de la Acrópolis y dentro del barrio llamado Monastiraki

El Templo de Hefesto se encuentra dentro de un parque, fuera de la Acrópolis y dentro del barrio llamado Monastiraki

Siguiendo el recorrido arqueológico de la ciudad mítica, y ya un poco alejado de la Acrópolis, nos encontramos con el Templo de Zeus Olímpico. Su excelsitud radica en la altura de las columnas de estilo corintio que aún se erigen majestuosamente. Como sabemos, Zeus era el dios más importante del Olimpo, su lugar de residencia. Al entrar en el verde complejo, el aire comienza a comprimirse y sus colosales columnas permiten imaginar la propia grandiosidad del dios.

El imponente Templo de Zeus Olímpico, a pocos pasos de la Plaza Syntagma

El imponente Templo de Zeus Olímpico, a pocos pasos de la Plaza Syntagma

Pero Poseidón, dios de los mares, no podía quedarse atrás en la consideración de los atenienses, por más que haya perdido la disputa con Atenea como tutor de la ciudad. Por eso, hacia el extremo sur de Atenas, a unos 65 kilómetros de la ciudad, en el Monte Sunión, se erigen los restos del Templo de dicho dios. Este lugar es elegido para observar la espectacular puesta del sol y en donde el tronar del mar envuelve el rugido de Poseidón como signo de agradecimiento a las reverencias de los visitantes. No obstante, el Monte Sunión tiene su propia leyenda más allá del santuario, enlazada con el mar que se dibuja a sus pies: el Egeo. Cuenta el mito que cuando Teseo viajó hasta la Isla de Creta para matar al Minotauro y liberar a sus compatriotas de ser la comida de la bestia, su padre Egeo, rey de Atenas, le había pedido que a su regreso bajara las velas negras del barco y alzara unas blancas, como señal de éxito de la misión. Así, el rey viajaba todos los días hasta el extremo del monte, esperando el retorno de su hijo. Pero para desgracia de la familia real, cuando Teseo se asomó con su nave en el horizonte, olvidó el acuerdo con su padre y no cambió las velas, con lo cual Egeo entendió que su retoño había muerto. Desolado y afligido, Egeo se lanzó desde lo alto del monte al mar, el cual recibió su nombre en memoria de su brillante reinado.

Magnífico paisaje del Monte Sunión, con el Templo de Poseidón y el mar Egeo como centros de atención

Magnífico paisaje del Monte Sunión, con el Templo de Poseidón y el mar Egeo como centros de atención

Como corolario, la grandiosa Atenas es una ciudad en donde se fusionan la historia y la mitología. En este artículo nos limitamos describir aquellos lugares más emblemáticos y relacionados estrechamente con los mitos griegos, pero también son de destacar aquellas construcciones de la época helenística, como por ejemplo el Teatro de Dioniso o el Estadio Panathinaikos.

El Estadio Panathinaikos, sede de los primeros Juegos Olímpicos modernos y arena de gladiadores durante la época romana

El Estadio Panathinaikos, sede de los primeros Juegos Olímpicos modernos y arena de gladiadores durante la época romana

De la época romana, por su parte, se destacan el Ágora, la Biblioteca de Adriano, el teatro de Herodes Ático.

Asimismo, Atenas posee también su costado cosmopolita, nucleado principalmente en los barrios de Plaka y Monastiraki, con hermosos y elegantes restaurantes, comercios de souvenirs y locales de indumentaria.

¿Ya estás listo para visitarla?

El Teatro de Herodes Ático, en la Acrópolis ateniense

El Teatro de Herodes Ático, en la Acrópolis ateniense