Por: Dino Buzzi
En el ya clásico Delirious New York, Rem Koolhaas profundiza sobre los muchos y diversos aspectos del fenómeno urbano, arquitectónico, y social de la Isla de Manhatan.
Si bien el libro y varias de sus ideas se han transformado, con el pasar de los años, en referentes para cualquier estudiante o profesional de la arquitectura, fueron sus imágenes las que, en mi caso particular, dejaron una marca imborrable. Desde el famoso Delito Flagrante, que ilustra la tapa de las ediciones más nuevas, hasta el corte del edificio del Downtown Athletic Club y su ¨Bar de Ostras¨; todas, sin excepción, causaron en mí una impresión llamativa.
Hace unos días, de regreso en la ciudad de Pinamar después de mucho tiempo, descubrí con sorpresa que su ¨centro¨ me hizo pensar de manera inquietante en otra de las imágenes que ilustran el libro: La Ciudad del Globo Cautivo muestra una serie de manzanas neoyorkinas que alojan edificios y actividades completamente disociadas entre sí. Cada cuadra es un universo, cada edificio un mundo delirante completamente aislado de lo que sucede alrededor. La caótica Avenida Bunge y sus alrededores, tras años de irregular gestión de su espacio y sus construcciones, se parece más que nunca a dicha pintura.
Torres bestiales, stands de promoción turística, puestitos para hacerse el DNI y el pasaporte, edificios que parecen recién aterrizados en su lote, y espacios de juegos para niños, componen este contradictorio e incomprensible rompecabezas.
Por suerte, el resto de la ciudad aún no se ha contagiado, y sigue siendo tan simpático y amable como siempre.