María Antonia y el niño Jesús

#MamaAntula

Publicamos hoy la segunda parte de la biografía de María Antonia de Paz y Figueroa, la laica formada por los jesuitas en el Virreinato del Río de la Plata en el siglo XVIII, cuya causa de beatificación promueve el papa Francisco.

El autor del texto es el historiador y genealogista Aldo Marcos de Castro Paz

En la primera parte, se relata cómo María Antonia (Mama Antula como la llamaban en su provincia natal, Santiago del Estero) se convirtió en una santa errante que asumió la misión de mantener viva la obra jesuita en la región.

 

MARIA ANTONIA Y EL NIÑO JESUS

¿Cuál es la fuente de donde ella recibe tanto amor, tanto valor y tanta gracia?

El Emmanuel, “Dios-con-nosotros” (Mt. 1,23), es el centro motor que la mueve a emprender aquellas empresas que amedrentarían a los hombres más conspicuos de su tiempo, aquéllos que sólo obran movidos por la luz de su intelecto y de sus propias intenciones.  Será el Manuelito Jesús quien la lleve por las dilatadas tierras del antiguo Virreinato del Perú para regalar la luz de la buena conciencia y la esperanza del amor entre hermanos.

Con su Niño caminará durante 2 años, buscando almas para Dios: “Es el hechizo de cuantos lo ven”, expresará ella con su particular forma de decir…

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Cuando parte de su tierra natal, lleva colgada en la tibia cuna de su pecho inflamado una pequeña y graciosa imagen del NIÑO JESUS.  Es un Niño-Pasionario, porque está reclinado sobre la cruz, desnudo y pobre en su Humanidad, apoyando los pies sobre el madero del Calvario, “sin tener dónde reclinar la cabeza”.

La Venerable Madre María Antonia nos ofrece ella misma la descripción de esta preciosa figura de Nuestro Señor Jesucristo que constituye el centro de atracción:

El que yo tengo que es de piedra, no lo dejan, pues, para enfermedades, para partos, en todo anda él y yo lo ando mezquinando  porque está algo gastado. Con que luego que llegue el otro, lo pondré en el altar para que todos lo adoren; pues esta devoción no sólo es grande, sino que cada día toma más incremento. La acción del Niño es estar acostado sobre la cruz y algo inclinado sobre derecho. La mano izquierda tiene cogidos los tres clavos por sus puntas y con ellos descansa sobre el cuadrel y parte del vientre la mano derecha, estando el brazo unido al cuerpo viene a parar en la mejilla y le sirve como de reclinatorio.  La pierna izquierda recuesta sobre la derecha y está con su garganta sobre la pantorrilla de la misma derecha: los pies descansan sobre una calavera que pisa el izquierdo y toca el derecho con su empeine. Se previene que el Niño está enteramente desnudo y sin toalla o cosa que le parezca. Esta postura o figura de mi Niño Dios ha sido la que me ha robado la atención.

Es tanto el afán que la Madre comunica a los sacerdotes, que logra que –por primera vez en Buenos Aires se expusiera la imagen del Niño Jesús en el altar, desde los brazos de un ministro, como era costumbre durante los Ejercicios. Luego, comunicado el mismo entusiasmo a los fieles, éstos hicieron lo propio en sus hogares, organizando pesebres, novenas y coros infantiles que eran la atracción y el júbilo de todos…

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Niño Jesús dormido sobre su cruz (taller de Juan Martínez Montañés, comienzos del siglo XVII, expuesto en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid)

La Beata de los Ejercicios solicita una imagen del Niño Jesús al Padre Gaspar Juárez S.J., asilado en Roma luego de la Expulsión, en atención al estado de la que ella posee: “Y como el que tengo rara vez lo desprendo de mi cuello y ya fuese bastante usado cuando llegó a mi poder, apenas se le puede distinguir ninguna acción con perfección. A que se agrega que siendo tierno el afecto que sacan las almas de los Santos Ejercicios, quizá por ilusión del demonio, se me postran a los pies y yo, confundida de mi indignidad, los aparto de mí dándoles a besar mi Niño Dios”. (2 febrero de l784).

Él es el Esposo divino que, enamorado de su criatura, nace y muere pobre para enseñarle la lección del desprendimiento, la humildad y la obediencia a la Voluntad del Padre Eterno.  Y así vestido con las humanas telas con que su dulcísima Madre lo envolvió al nacer, sale a buscar a las almas –desde el pecho fiel de María Antonia- y va a la casa de la viuda y del enfermo, de la parturienta y del huérfano, de la señora y del esclavo, porque todos lo necesitan igual.

“…Debo decirle que siendo imagen de Manuelito, basta para que los fieles lo adoren con toda devoción: toda ponderación es nada para decir el anhelo y veneración que tienen a Manuelito, pues así  los señores clérigos como todas las personas de suposición, están deseando llegue…”, escribe María Antonia.

“Se cierran las llagas de la carne y se desvanecen las sombras de los corazones cuando el Jesús Niño bendice a las criaturas desde la hornacina de pliegues de su manto”, enfatiza Rosario Beltrán Núñez, y agrega: “No le fío a mejor custodia porque no sé lo que sería de mí sin él”

En una de sus famosas cartas, expresa: “Yo no doy ningún paso en estas empresas, antes de haber comprendido bien si es una orden de Dios, que parece entonces conducirme de la mano, aun cuando no pueda deciros cómo ése se hace; agregaré solamente a efectos de haceros conocer la amable Providencia de Dios sobre mí, que no obstante no soy sino una indigna y miserable creatura, que en mis largos y penosos viajes, a través de desiertos inhabitados en medio de lagunas y ríos desconocidos y muchos otros obstáculos, yo no he sufrido daño considerable.  Cuando estuve en Catamarca fui desahuciada del médico y encomendándome entonces al Sagrado Corazón de Jesús me encontré curada pronto sin ningún remedio. A consecuencia de una caída me rompí una costilla, en otra ocasión me disloqué un pie, pero fui curada una y otra vez por el contacto de una mano invisible”.

Estos portentos los rubrica cuando afirma: “Mi Manuelito es quien me conduce”.

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Niño Jesús de Murillo

Con su Niño Jesús,  ella  en quince meses de labor ha organizado 34 tandas de Ejercicios Espirituales de diez  días cada una,  reuniendo a 6.800 personas:  casi un milagro en un pueblo constituido por escasos 30.000 habitantes, entre blancos, negros y mestizos.  Según la Madre Beata hace saber en sus cartas, hasta el año 1788 había logrado con sus misiones que más de 70.000 personas hubiesen hecho retiro.

Mujer inteligente, no sólo había constituido uno de los Epistolarios más famosos traducido a los más diversos idiomas del mundo por sus mismos contemporáneos,  sino que –por haber descubierto los beneficios de la instrucción- funda el Colegio de San Luis, que tuvo larga vida en el consenso bonaerense.

Como la “presencia” del Infante Emmanuel se retarda y cada día le aumentan los achaques físicos y las largas dilaciones de la burocracia borbónica, le escribe a su antiguo confesor: “Yo agradezco en primer lugar la imagen del Niño, mandada hacer en ésa (Roma), y que ya quisiera tener a la vista para encomendarle especialmente los asuntos míos, que tantas diligencias le cuestan y tanto se retardan…”

El Obispo de Buenos Aires, antes dudoso de sus fines, no sólo le dio licencia, sino que pagó los alquileres de las primeras Casas para ejercitantes y puso sus rentas a disposición de las obras de Mamá Antula.

Como después diría  Fray Julián Perdriel, María Antonia es la mujer santa, útil, penitente, virtuosa, celosa de la salvación de sus hermanos, apostólica, necesaria… “El temor casto de Dios la hizo constantemente fervorosa en la obra de su propia santificación: él mismo,  convertido ya en amor, la hizo perfectamente celosa de la santificación de sus prójimos.”  (OFFP)

“Amarle y hacerle amar mientras me dure la v ida”, es su lema, porque quien tiene a Jesús, todo lo tiene.

El Niño Jesús la acompaña constantemente: brinda instrucción a los pobres y gentes de campo;  protege a las jóvenes, visita a los encarcelados y condenados a muerte, socorre las necesidades de los indigentes y enfermos, convierte a los pecadores y moraliza a las mujeres de mal vivir.  Su caridad no mira los límites que señala la estratificación social del siglo XVIII.

MAMA ANTULA - IMAGEN

Es la madre de todos, hasta del mismo Virrey del Perú que viaja para pedirle consejo en una cuestión de honor. Dios la adornó con el don de hacer milagros en su vida: multiplicó el pan y la comida para los ejercitantes; sanó a un loco furioso; avizora, apareció a media noche a personas necesitadas para liberarlas de peligros inminentes y al mismo Virrey que iba a ajusticiar a un inocente, y resucitó a un albañil que trabajaba en su obra, construyendo la actual Santa Casa de Ejercicios de Buenos Aires.

En Tucumán hace lo propio su prima doña Josefa de Paz y Figueroa, mujer del general don Diego de Aráoz, sobrino chozno doble de San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús.

“Su manera de vivir no desmiente sus sentimientos: siempre llevando cilicio, durmiendo muy poco y esto sobre una tarima; jamás come carne y, como se ha observado, se alimenta con pan y agua y un poco de sopa; si retarda los ejercicios por algunos días, lo que acontece raramente, es para entregarse a prácticas de mortificación extraordinarias, que oculta bajo su fisonomía siempre alegre.  En fin, aquellos que nos hablan de sus austeridades y de sus continuas fatigas, nos dicen que no comprenden  cómo se bastaba a tantos trabajos, flaca, débil y delicada como era.  Ella es, dicen, una de las más fervorosas misioneras apostólicas que se han visto y su vida es un milagro continuo. Su caridad indecible alivia y pone en paz las familias, media entre las diferencias entre el Obispo y el Gobernador del cabildo y clero inferior; en fin, todo el pueblo la consulta y la llama Madre.” (EEMF)

Y la salud se le resiente, pues no sigue el consejo de José Capdevila, su médico,  que le pide guardar reposo;  mas ella escribe gozosa: “…pero ya mi Manuelito me ha enderezado, sin haber hecho remedios ningunos…”

Lo dice en sus cartas con toda verdad y sencillez: “El amable Jesús es quien me conduce y me permite estos pasos”.

LA CUMBRE

María Antonia de San José de Paz y Figueroa  recibe la autorización del Obispo para fundar la Congregación  de las Beatas de los Ejercicios o Hijas del Divino Salvador (como actualmente se las conoce a sus continuadoras de misión). La misma funcionará desde el año 1795 en el solar limitado, en la ciudad de Buenos Aires, por las calles Independencia, Salta, Estados Unidos y Lima, núcleo de irradiación espiritual y cultural.

Mientras  se construye esta Santa Casa –actual Monumento Histórico Nacional-, la Madre Beata se traslada al Salto Oriental, a Colonia del Sacramento y Montevideo, donde ofrece 10 tandas de Ejercicios y funda su cuarta Casa. “Dios lo quiere”, dirá  con asombrosa síntesis.

Camina por las angostas calles coloniales, y todo el pueblo se arrodilla a su paso.

En verdad, “María Antonia es una de las expresiones más fuertes de la Evangelización en tierra argentina” (Mons. Manuel Guirao). Sus obras demuestran que pudo mucho porque siempre adonde ella iba llevaba a Jesús consigo…

Inflamada de amor divino y siempre movida por el desvelo maternal para prevenir y salvar el alma de sus hermanos, agotado su físico por los continuos trabajos y travesías espirituales, muere el 7 de marzo de 1799.  Los síndicos del Cabildo metropolitano certificaron por acta que vieron cómo su espíritu volaba al cielo en forma de un haz de fuego, símbolo de este ímpetu que la habitaba y movía en la vid del Señor y Maestro.

EL MENSAJE ACTUAL

Hoy, Mamá Antula catequiza por Internet.

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El frente de la Santa Casa de Ejercicios Espirituales que fundó María Antonia, en la av. Independencia al 1100, Buenos Aires

La Santa Casa fundada por la ilustre santiagueña, continúa regalando luz. Todos los terceros sábados de mes se ejecutan los denominados “Conciertos en Casa”, declarados de interés cultural por la Secretaría de Cultura de la Nación.

Con motivo del  bicentenario, el Centro Televisivo Arquidiocesano de Buenos Aires  está produciendo un video sobre su vida y obra.  La Causa de Canonización prospera. Hay tres milagros comprobados científicamente. Se ha creado el “Centro Vocacional María Antonia” y la publicación de “Compañera de Camino”, con 20.000 ejemplares mensuales, promueve sus noticias.

Los terceros sábados de mes se realizan retiros abiertos en la Casa. Correos Argentinos emitirá un sello postal conmemorativo de los 200 años.  El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha designado con el nombre de  María Antonia a una plazoleta ubicada en la Avenida 9 de Julio, frente a la Casa de Ejercicios.

La “Misa Breve en honor de San José”, dedicada a la Sierva de Dios, se ha presentado en compacto.

Y, completando esta actualización del mensaje de la Madre Beata de los Ejercicios, María Antonia de Paz y Figueroa, es digno de mencionar que se están creando diversos centros de espiritualidad en el mundo –siguiendo su espíritu-  a través de un Site en Internet que pone a las diversas Casas de las Hijas del Divino Salvador en Red. E-mail:  madreantula@csel.com.

Sitio oficial: http://www.mamaantula.org/

Unida a Dios por la caridad,  aun vive.  La informática, inclusive, hoy le es un medio para llegar todos, y así se cumplen sus palabras: “Quisiera andar hasta donde Dios no fuese conocido para hacerle conocer.”

MARIA ANTONIA DE PAZ Y FIGUEROA, la Mujer Fuerte del siglo XVIII, que pasó silenciosa y fecunda por nuestros surcos, animada por el amor intrépido y generoso que le regalaba “su Manuelito”, hoy es -por la grandeza de su humildad- la honra de su sexo, la gloria de su estirpe, el honor esperanzado de su pueblo y un vivo ejemplo de responsabilidad en el destino trascendente de sus hermanos.

 

Aldo Marcos de Castro Paz