Por: Mariela Blanco
Cada una y todas las creaciones del Universo, se componen de Energía que recibe un nombre diferente dentro de cada Cultura. Por ejemplo, en India se la conoce como Prana y en Japón se la llama Ki.
Esta energía necesita fluir libremente para encontrarse en equilibrio, de lo contrario genera un síntoma que se imprime en el plano físico y si no es tratado a tiempo, se convierte en lo que llamamos enfermedad. Esto quiere decir que todo malestar físico, en realidad, nace como un desequilibrio del plano energético.
Reiki, es un sistema de sanación a través de canalización de energía vital universal que a través de la técnica de imposición de manos sobre el área afectada, restablece el balance bioenergético.
Teniendo en cuenta que todas las creaciones son energía, entonces, podemos aplicar Reiki tanto a una persona, como a una planta, como a un Cristal, una mascota o una situación que esta congestionada y no fluye correctamente. Para eso, Reiki cuenta con tres niveles diferentes y complementarios donde se utilizan y se aprenden distintas técnicas de sanación.
Por un lado, aprendemos a tratar el plano físico y presencial del Ser y, por otro, nos permite trabajar a distancia a través de la utilización de Símbolos Sagrados (Canalizados por el Dr. Mikao Usui en estado meditativo de profunda conexión, a finales del Siglo XIX) que habilitan un puente y un transito común del tiempo y el espacio, entendiendo que no existe una separación real: Todo se encuentra conectado en el Universo.
Muchas veces, al experimentar esta conexión en nuestra vida cotidiana, tendemos a llamarlo “intuición” pero la realidad es que si todos somos energía, existe una gran matriz de conexión, un gran Campo donde todas estas manifestaciones energéticas se unen.
Reiki, entonces, trabaja enviando energía canalizada, a través de la imposición de manos, restableciendo el equilibrio bioenergético del paciente y permitiendo la liberación de nodos congestivos que generan desordenes físico-emocionales. Nos permite armonizar los cuerpos físicos y los cuerpos sutiles de cada Ser, trabajar con sanación a distancia y permitir un mayor equilibrio en nuestras energías. Como resultado tendremos un cuerpo, una mente y unas emociones sanas que nos permitan evolucionar y avanzar en nuestro camino.
Te deseo, desde mi corazón, que alcances esa armonía desde la calma y el amor al Todo. Te deseo, desde mi mente, que aprendas a ser responsable de tus pensamientos, recordando que cada uno de ellos provoca una modificación en tu energía y por eso es necesario pensar desde el Bien.
Te deseo, desde mi espíritu, que te conectes con el tuyo
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