Por: Mariela Blanco
Escucha en el Viento, la Tierra está cantando tu nombre…
Hoy 1 de agosto se celebra el Día de la Pachamama, un ritual antiguo y originario que a través del linaje se ha compartido y perpetuado a lo largo de los años, en los pueblos de América.
Es un día para honrar la Tierra, recordando el valor sagrado de nuestra gran madre: La Naturaleza, de la que todo viene, de la que todo nace.
Ella nos sostiene durante la vida, nos alimenta, nos mantiene caminando nuestro viaje personal.
La Tierra vibra, siente y soporta todo lo que hacemos, todo lo que inventamos, todo lo que bailamos y todo lo que dejamos caer. Nos abraza, nos resguarda. Nos enseña a mirar el Cielo.
Este día nos reconecta con el linaje, con las culturas originarias y su sabiduría de espiritualidad natural. Durante el ritual, se abre un pequeño pozo en la tierra para simbolizar la boca y se entregan alimentos como ofrenda, como agradecimiento a todo lo dado. Se le pide las bendiciones y la abundancia para el próximo año. Se alimenta la tierra para que siga vibrando.
Y se canta para mantener activa su voz, su memoria, para celebrar su gran trabajo. Y se Baila para dar amor desde los pies, para besarla con los pasos.
Y reconectamos con la sabiduría, con la gran entrega de esta mamá de todos. Y le hablamos al Sol porque somos el Sol. Y escuchamos al Agua porque somos el Agua. Y le oramos al Viento porque somos ese mismo Viento. Y honramos al Fuego que nos enciende la vida en el corazón.
La Madre Tierra simboliza la fertilidad, la posibilidad de toda vida, la sabiduría femenina y ancestral, la gestación de un nuevo corazón que vibra y late como un tambor indomable…
Mariela Blanco
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