Por: Alejo Bernasconi
Podemos decir que estamos en condiciones de inaugurar esta sección a la que llamaremos, #ElRecomendado, con temas, discos y particularmente bandas que para quienes curtimos el rock internacional tal vez nos sean conocidas pero que comercialmente aquí no logran impactar. Hoy escribo para recomendarles una banda que no tiene tanta relevancia a nivel mundial pero que la merece. Imagínense escucharlos y musicalizar cualquier película de Nikki Benz, Shyla Stylez o Lisa Ann. El conjunto es un tanto particular ya que intenta parodiar a las bandas de hard rock de los ’80, esas que tanto nos gustan a varios, con pelos batidos, maquillajes, calzas y ropa ajustada. Digo “intenta” porque si bien su principal objetivo en un comienzo fue burlarse de estas agrupaciones (algo así como ocurrió con Spinal Tap que estereotipaba al máximo a los metaleros), en octubre lanzó su DVD The British Invasion y ya llevan una carrera de más de 10 años. Unos muchachos como para decir “woo-hoo, yeah! Girls, girls, girls, dude!”
Todo comenzó a principios de la década pasada cuando el excantante de L.A. Guns (bah, en verdad sólo cantó en el EP Wasted) Ralph Saenz decidió cambiar su nombre artístico a Michael Starr y formar Danger Kitty, banda con la cual editaron el EP “Love Rocket” y que fue un primer acercamiento a lo que luego sería Steel Panther. Más tarde, en 2003, llegaría el disco Hole Patrol pero en este caso bajo el nombre de Metal Skool para luego convertirse en Steel Panther. En 2009 editaron Feel the steel y en 2011, Balls out. Hasta ahí, un poquito de historia.
Si bien se la puede tomar en chiste por sus letras que indican “Let me cum in”, “Prostituta asiática, es una pequeñita chupapi..”, “I love your boobies”, “Así que vamos linda nena, chupame las bo… toda la noche”, “Mi corazón te pertenece, pero mi pi.. es propiedad comunitaria” o canciones dedicadas a Tiger Woods, su música es realmente buena. Grandes intérpretes con mucho talento, riffs gancheros y estribillos super pegadizos, solos de guitarra elaborados con un sonido que por momentos nos transporta a la dorada década de los ’80. Párrafo aparte para el cantante Michael Starr, quien llega a todas las notas sin pifiar una tanto en estudio como en vivo, un caudal vocal envidiable.
Con pelucas (el único que luce su cabello natural es el vocalista), algunos falsos tattoos, coreografías en el escenario y baladas (con cierto contenido sexual, pero baladas al fin y al cabo), han sabido ganarse tanto el público masculino como el femenino. Entendieron la lógica del hard rock, si bien se burlan de los clichés que caracterizan a agrupaciones de glam ochentoso, sus shows son a estadios llenos con mujeres levantando sus remeras para mostrar sus pechos, como en el Mötley Crüe del ’89. La diferencia es que aquellos conjuntos suponían ser “serios”, cuando en verdad no eran más que estereotipos. ¡Ojo! Amo ese estilo de bandas y no me refiero exactamente a Mötley, pero también entiendo que originales han sido dos o tres de este género. Estos muchachos no son ningunos improvisados, como ya les dije, el cantante estuvo en la excelente L.A. Guns, mientras que Satchel (Russ Parrish) y Stix Zadinia (Darren Leader) militaron en bandas no tan reconocidas mundialmente pero con relevancia en la escena, como Odin y Armored Saint.
Así son los Steel Panther, una banda que merece mucho más que una oída, cada vez más en ascenso, con una propuesta que ya está quemada en el mundo del hard rock pero que al mismo tiempo es innovadora. Una banda de glam que se burla de las bandas de glam, igualita a los Spinal Tap, pero esta va en serio. La podríamos definir, tranquilamente, como rock porno….