Por: Alejo Bernasconi
Es una fija encontrarse con bandas a las cuales les “retocan” su sonido para ser transformado en música para que los pequeñillos se duerman. Pink Floyd, Metallica, Guns and Roses, AC/DC, Nirvana y hasta Radiohead (que ya es para dormirse en su versión original, imagínenlo en este formato) son claros ejemplos de esta metodología particular y distinta que, obviamente, le es bastante redituable a quienes se encargan de estas producciones. Lo mismo ocurrió hace unos años con el “Bossa n’…” que inundó las bateas de las disquerías, pero tan sólo unos meses duró esa moda. Con esto ocurro algo diferente. Desde hace unos 10 años, aproximadamente, se han instalado para quedarse. En este caso, es la agrupación de los hermanos Abbott la que se mete en el mundo de los dulces sueños:
Cabe destacar que aquí nos encontramos con algo que está muy lejos de ayudar a que se concilie el sueño. Las melodías son tétricas, resultan estar más cerca de ser un Soundtrack para una película de terror slasher o de esos juegos noventosos de PC en los que se pelea contra zombies, que de un compilado de canciones de cuna. Comprendo, igualmente, que de por sí es una tarea dificilísima llevar a estas notas, los crudos riffs del inmortal Dimebag Darrell. Twinkle Twinkle Little Rockstar es la encargada de elaborar este disco, tal como hizo con bandas como Slayer, Avenged Sevenfold, Iron Maiden, R.E.M y hasta The White Stripes. Así que ya saben, si van a ser padres y quieren que sus niñitos de pequeños comiencen a tener problemas de cuello a causa del headbanging, cómprenles este álbum y cultívenlos de buena música.
Algunos ya criticaron la ausencia de “Fucking Hostile” en la lista de temas que pueden ver a continuación y escuchar aquí:
01 – Hollow
02 – Planet Caravan
03 – Cemetery Gates
04 – Cowboys From Hell
05 – This Love
06 – Domination
07 – Revolution Is My Name
08 – 5 Minutes Alone
09 – A New Level
10 – Mouth For War
11 – I’m Broken
12 – Walk
Pero a los amigos de Twinkle Twinkle Little Rockstar les aviso que llegaron bastante tarde. Este pequeñito, precisamente al ritmo de “Fucking Hostile”, sacude su cuerpecito como una suerte de Phil Anselmo en pañales.