Por: Matías Sánchez
En un deporte donde se combinan perfectamente el hombre y la máquina, Valentino Rossi a los 36 años nos enseña que con 9 títulos mundiales en sus espaldas, aún tiene mucho para dar y como ejemplo basta lo que sucedió en Assen, Holanda, el fin de semana pasado.
Luego de un inicio de año brillante, con un triunfo en la apertura del torneo 2015 en Qatar, Rossi está construyendo ladrillo a ladrillo lo que sería su 10mo. campeonato con una Yamaha que está desarrollando al máximo carrera a carrera y con su principal rival a pocos metros, dentro de su mismo box: Jorge Lorenzo.
En Assen tuvo un fin de semana especial, donde aprovechó todas las circunstancias que se fueron dando desde los entrenamientos del viernes. Durante este año Il Dottore ha trabajado pensando en el ritmo de carrera, para aprovechar hasta la última vuelta las prestaciones de sus neumáticos y su máquina, de ahí a que su mejor clasificación previa a Holanda fue un 4to. lugar en Texas.
Holanda para Rossi es como su casa mientras que para muchos otros pilotos, a pesar de años de experiencia y miles de kilómetros acumulados en motos de competición, aún es un misterio.
La combinación hizo que se quedara con el mejor tiempo clasificatorio y luego tuviera para la carrera una herramienta imbatible.
En Holanda su principal rival cambió, de un Jorge Lorenzo complicado pasó a ser un Marc Márquez en pleno proceso de recuperación tras su peor inicio de temporada en MotoGP, utilizando una Honda “Frankestein”, que lleva piezas de 2015 y 2014, ya que el desarrollo de este año ha demostrado ser indomable para el joven catalán.
En la carrera “jugó” con Márquez, llevándolo tras de el a un ritmo que le permitió no exigir por demás su Yamaha, pero cuando el bicampeón español lo superó a poco del final, nunca se alejó más de medio segundo de el, demostrando que aún tenía resto. Esto quedó más evidencia aún cuando recuperó el liderazgo y en poco menos de 1000 metros le hizo casi un segundo de diferencia.
En la chicana final Márquez se jugó la última ficha, al todo o nada y estuvo al límite que saliese nada, pero para ambos. Exigido por demás en el frenaje llegó a tocarlo a Rossi en el ingreso a la chicana, tal como se ve en la foto que ilustra esta entrada. Rossi adivinó la maniobra, enderezó su trayectoria y voló sobre la cama de desaceleración a más de 100 km/h., con el riesgo de caer a metros de la línea de llegada, pero no tenía alternativa, estuvo obligado a hacerlo.
Honda reclamó formalmente que Rossi le cerró la puerta a Márquez, pero la realidad es que el 93 nunca estuvo adelante del 46, y si el 46 no estaba allí, Márquez hubiese entrado de casualidad en la chicana.
Tras la carrera los pilotos analizaron la maniobra juntos en la dirección de carrera junto con Mike Webb, el principal responsable deportivo del MotoGP, quien determinó que fue solamente un toque de carrera.
Las palabras de Márquez tras la carrera no han caído bien en el paddock del MotoGP. Algunos aseguran que a sus mecánicos les dijo que le iba a “devolver” la gentileza a quien es (¿o era?) su ídolo. Quizás se apresuró, quizás no lo dijo o quizás su entorno lo está “manijeando” por demás.
La realidad es que Rossi se fue con más ventaja en el campeonato y lleva una seguidilla de podios que habia logrado en años cuando fue campeón. Ahora viene Alemania y luego un mes de receso veraniego, donde quizás se calmen un poco las aguas. Pero en lo que va del 2015, Valentino Rossi nos está demostrando que la leyenda continúa y viene por más.