Por: Roni Bandini
“When your rooster crows at the break of dawn… Look out your window and I’ll be gone*”
Don’t Think Twice, It’s All Right
Bob Dylan.
La gente de Rooster se define como “…un grupo de escritores y expertos en tecnología excitados acerca del futuro de la ficción. Mientras algunos ven las tecnologías móviles como una fuente de distracción sin fin, nosotros creemos que es la mejor apuesta para un retorno a la lectura inmersiva – la que te acompaña todo el día.”
En esencia, Rooster es una app que permite recibir en el iPhone dos novelas por mes – una clásica y una contemporánea – a fin de provocar algún tipo de contraste. Las novelas no llegan completas al iPhone, sino en fragmentos. Además de bajar e instalar la app, hay que desembolsar u$4.99 al mes.
La gente de Rooster declaró al Washington Post:
“Nos gusta ofrecer estas obras maestras pequeñas de escritores conocidos por trabajos mucho más extensos. A la gente intimidada por Moby Dick y Anna Karenina le da la chance de leer Melville o Tolstói en un par de días. Tal vez sirva como una droga literaria de entrada.”
Para ser sincero no probé Rooster, no tengo iPhone ni creo que el iPhone sea el aparato ideal para leer, pero aún así puedo opinar sobre el concepto.
Supongamos esto: tenemos por un lado a un joven de 25 años, urbano, pudiente, dueño de un iPhone y con déficit de atención. Tenemos, por otro lado, un libro clásico y notable de cierta extensión.
La gente de Rooster cree que la forma de juntar al joven con el libro es digitalizar este último, triturarlo, mezclarlo con algo nuevo, regurgitarlo y mandárselo al joven en escupidas que resulten incómodas de esquivar.
A pesar de las apariencias, yo tengo algo de fe en el joven y algo de fe en los libros. Suficiente para imaginar que este encuentro no hay que forzarlo ni disfrazarlo. Se va a producir naturalmente o no se va a producir. Y cualquier opción es mejor que Rooster.