¡Bienvenidos!
En un nuevo artículo de #PatrimonioBA comenzaremos a recorrer las principales avenidas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y todos los rincones de historia que ellas albergan.
En esta primera entrega, les propongo un paseo por la Avenida del Libertador, desde su intersección con la Avenida Sarmiento hasta su intersección con Ramón Castilla, en el barrio de Palermo.
Cuando la noche comienza a caer en Capital Federal, el sol se recuesta sobre el asfalto de la histórica Avenida del Libertador. Al norte, el color amarillo encandila, e ilumina muchos de los monumentos que hay dispersos en toda la urbe: estatuas y obras de arte que diferencian a Buenos Aires de otras metrópolis latinas.
Fotos: Belisario Sangiorgio Trogliero
La Avenida del Libertador fue bautizada, a lo largo de la historia, por tramos. Paseo de Julio, Avenida Alvear, Avenida Virrey Vértiz y calle Blandengues fueron los nombres que adquirió una de las principales arterias porteñas desde 1893 hasta 1970.
En las veredas, hay un sinfín de recovecos verdes y parques. Uno de ellos es la Plaza Alemania, inaugurada en 1904 y diseñada por Carlos Thays. Allí, se encuentra emplazada la “Fuente riqueza agropecuaria argentina”, diseñada por Gustav Adolf Bredow, y entregada al país como un regalo de la comunidad alemana por el centenario de la Revolución de Mayo.
A la vera de la Avenida Libertador se encuentra, también, el monumento a Carlos Tejedor. La obra fue diseñada por Lucio Correa Morales, uno de los pioneros de la escultura argentina, en honor al político argentino y gobernador de la Provincia de Buenos Aires entre 1878 y 1880.
Continuando por la Avenida del Libertador rumbo al Sur, aparece la Plaza Chile. Ubicado en uno de los sectores inmobiliarios más caros de Argentina, el parque que lleva el nombre del país vecino oficia de museo para más de 10 estatuas. Entre ellas, un retraro de la Virgen María y una escultura al cuatro veces presidente peruano, Ramón Castilla.
