Muchas personas piensan que a “cierta edad ” no se cambia…sin embargo los cambios que puedas hacer en tu vida dependen de que tomes conciencia de tu malestar y decidas transformar tu realidad, no importando la edad que tengas.
Comparto con vos una historia que me conmovió.
Hace un tiempo una trabajadora social me contó lo siguiente: Ella trabaja en una residencia geriátrica en la cual vive una mujer de más de 90 años. A esta mujer la vamos a llamar con un nombre ficticio: Marita.
Marita no tiene familia, es soltera, no tiene hijos, quizá tenga algún sobrino que viene poco, sólo cuando es urgente. Es una mujer poco sociable, siempre a la defensiva ,con malos modos… sus compañeros de la residencia no la quieren y dicen que es mala.
Se descompensó y estuvo varios días internada en terapia intensiva. Nadie la vino a ver. Salvo… la trabajadora social de la residencia geriátrica para quien esa visita era parte de su obligación laboral.
Marita le dijo: “que sola estoy …nadie vino a verme…no le importo a nadie…”
Silencio…que podemos decir que no sea una tontera…Nuestra amiga la trabajadora social sólo escucho.
Marita le dijo:” si salgo de esta, te juro que hago un cambio en mi vida, un giro total”…
“No quiero irme de este mundo y que me recuerden como una vieja mala, malhumorada y jodida”.
Así fue, salió de terapia intensiva, volvió al hogar y se transformó en una persona querible y amable.
Si le costó mucho esfuerzo? no lo sé.
Sé que hay momentos y lugares que te dejan tan a solas con vos mismo que no tenés más remedio que registrar y darte cuenta de lo que te pasa y de tu responsabilidad para con tu propia vida.
Esta mujer salió con un proyecto a los 90 años: ser distinta, cambiar, mejorar y dejar un buen recuerdo de su paso por el mundo.
Dice Estanislao Bachrach en su libro Ágilmente:
“Tu mente va a seguir aprendiendo hasta el momento en que morís. Esto sucede gracias a la capacidad de aprendizaje del cerebro, que implica capacidad de cambio, también conocida como neuroplasticidad.”
Podés cambiar y transformar tu vida hasta el último momento si tenés algunas condiciones: si podes mirarte a vos mismo con sinceridad y tenés la suficiente flexibilidad mental como para dar un giro en tu vida.
La edad cronológica no es una variable que defina tu capacidad de cambiar y empezar de nuevo. Es la excusa que ponemos para no enfrentar esta ardua tarea.