Por: Bruno Aleotti
Un fuerte uppercut al mentón acaba de recibir Racing. Cuando parecía que teníamos seis meses más de cumbia turra en el verde césped del Cilindro, los rusos movieron la cabeza rápidamente de izquierda a derecha. “No vuelve a Argentina”, fue su veredicto y con un soplido largo, profundo y frío puso en zozobra nuestra ilusión y pulverizó su retorno. Ricardo Adrián Centurión arrancará la temporada 2013 en el Anzhi de Rusia. Una baja irremplazable, un dolor desde lo deportivo y un alivio en lo económico.
Pese a la más que probable baja de Centurión, Racing aun tiene motivos para esperanzarse. Durante el verano fue una grata noticia la aparición del Hauche picante, con actitud vertical y goleador que vimos un tiempo atrás en Argentinos Juniors. Fue el máximo artillero del Torneo de Verano- con tres goles : uno a Boca y dos a River- que finalmente terminó obteniendo el equipo de Zubeldía. Sus grandes rendimientos hicieron que el Chievo Verona de Italia depositara su vista sobre él y realizará una oferta, la cual no satisfizo a los dirigentes y fue rechazada. Y el demonio contento por su gran presente aceptó gustoso quedarse en la Acadé. Eso si, los mandamases le aseguraron que de haber una oferta similar en Junio se iría.
A Zubeldía también le confirmaron la continuidad de Fariña. Es que en la cabeza del rubio director técnico académico la idea siempre fue que de emigrar un jugador el que tenía que ser era Centurión y no Fariña. Fue tanto que- junto a su asistente de campo Maximiliano Cuberas- les insistieron a los dirigentes para que hagan el mayor esfuerzo y retenerlo. Lo consiguieron. Porque saben lo que puede dar. En velocidad tiene un excelente dominio de balón, que no dice presente en las cualidades técnicas del resto de los jugadores del fútbol local. A la continuidad cuasi confirmadas de Hauche y Fariña se le puede llegar a sumar algún refuerzo de jerarquía- todavía cuenta con los dos cupos de incorporaciones-para sumarle al equipo otros recursos. La materia prima que el pampeano le quiere dar a su criatura para que se agigante y defagocite a los rivales de turno. Porque para ganar esos partidos importantes hay que contar con jugadores de elite. Esperemos que los dirigentes estén a la altura y puedan conseguir lo que el director técnico le solicita.
Va a ser duro ya no ver más esos firuletes, ese desparpajo y esa caradurez futbolística. Esas bicletas, caños y chiches. Va a llevar todo su repertorio al ostracismo ruso. El técnico lo sabe, la gente lo sabe y Cogorno, Molina, Blanco y Ayala también. Los principales responsables del club saben que manejaron mal la venta, que Centurión quedo manoseado y que ilusionaron a la gente con tenerlo seis meses más, cuando no había ninguna chance de que así sea. Nos mintieron en la cara pero pese a todo eso la llama de la esperanza sigue encendida, sigue viva. Con una base compuesta por la experiencia y juventud, con un técnico capaz y trabajador y un futuro encantador renace la ilusión celeste y blanca. La que, por ahora, sigue brillando en Avellaneda.
¡Un grato recuerdo, el mejor partido del wachiturro cuando la descoció ante el vecino, hasta siempre crack!