Tranquilidad

#LaAcadé

Jugamos mal y perdimos bien. Racing salió dormido, con mal aliento, lagañas en los ojos y mal humor. Durante los primeros veinte minutos esto se notó. Le regaló la pelota a San Lorenzo-con todo lo que eso implica. Tiene jugadores de muy buen pie- pero tampoco tuvo voracidad para intentar recuperarla. El arranque del primer tiempo en el Nuevo Gasómetro pareció una continuidad del segundo frente a Colón. El equipo de Mostaza le volvió a dar mucha libertad al rival para que hiciera lo que quisiera con el balón, un adversario que esta vez si supo capitalizar ese grave error. El gol de Blandi llegó tras una importante falencia defensiva de Matías Cahais-sus equivocaciones siempre se pagan con puntos-. Lo positivo de la Academia fue que en base a la actitud, los cambios ofensivos que mandó Carlos Reinaldo Merlo al campo de juego y la intensidad del conjunto en no bajar los brazos hasta el final, casi llega a la igualdad (incluso hasta en el último segundo del partido) Se perdió también porque Sebastían Torrico volvió a tener una gran noche. En fin, una derrota que preocupa pero no enoja, teniendo en cuenta que la revancha llega rápido. Hay que recuperarse y volver a sumar frente a Tigre.

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Desde el arranque del primer tiempo, Racing pensó que se iba a sentir cómodo cediéndole la pelota a San Lorenzo para combatirlo de contraataque pero los de Bauza nunca se equivocaran en tres cuartos de cancha en campo académico. Es más, a raíz de las triangulaciones entre Ortigoza, Romagnoli y Piatti el rival empezó a gestar juego en el círculo central, en consecuencia aparecieron los espacios que derivaron en situaciones de gol. Fue Blandi que estableció la única diferencia en el resultado. La principal equivocación estuvo en dejar crecer al rival en el terreno. La virtud de ellos fue la presión que iniciaban el ex delantero de Boca y Ángel Correa, asfixiando nuestra salida, que nunca fue buena. Es claro que el error fue entregarle el protagonismo al equipo local, porque este lo aceptó y se hizo cargo con creces. Cuando Mostaza entendió que había que jugarlo de igual a igual, su Academia hirió a los de Boedo. Mucho tuvo que ver el ingreso de Cerro, Vietto y Camoranesi. El último director técnico campeón el club buscó darle más marca en la mitad de la cancha y más peso ofensivo a la delantera. Y vaya que lo logró e igual no alcanzó.

Vietto tuvo una situación clara-tras un gran pase de Camoranesi- pero Torrico estuvo fenomenal y evitó la igualdad. Más tarde, Racing atacó con más hombres, dejó espacios y propuso el mano a mano, o bien también llamado golpe a golpe. Le funcionó. Sobre el final fue el italo-argentino quien quedo mano a mano con el arquero de San Lorenzo pero su definición dejó mucho que desear (había que romperle el arco o mandar el centro atrás para Vietto). Hubo ganas en el complemento e igual no se pudo. El ingreso de Vietto fue auspicioso, debido a que volvió a parecerse a aquel que hizo que los grandes clubes europeos posen sus ojos sobre él. Cierto es también que Mauro Camoranesi le aporta claridad al juego de nuestro equipo, sin embargo se lo nota pésimo físicamente y no comprometido al ciento por ciento cuando ingresa a defender nuestra camiseta. Algo que roza la caradurez y es irrespetuoso. Lo de Cerro es destacable, corta, juega, llega al área contraria. Creo que a la larga -o a la corta- se va a quedar con la titularidad. En tanto que de a poco se irá acomodando el equipo. Hay piezas por encastrar y situaciones de juego por resolver pero para eso esta el Rey Mostaza.

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“No hay que parar de correr”, comentó Gabriel Hauche entre semana previo al encuentro del sábado. En el inicio frente a San Lorenzo nos olvidamos de eso, en los cuarenta y cinco minutos finales volvimos a tener memoria pero lamentablemente ya era tarde. Tenemos que seguir la línea del PT ante Colón y el ST frente al último campeón. Hay que ponerse en la cabeza (y no olvidar nunca) esa máxima del fútbol que reza que la actitud no se negocia. Claro que perder molesta, siempre irrita arrancar la semana con una derrota pero esta vez es distinto porque la revancha llega rápido. Mañana los tres puntos deben quedarse en Avellaneda. No hay que dejarlo respirar a Tigre e intentar jugar como lo veníamos haciendo. Se sabe que en condición de local no se pueden dejar puntos en el camino. Un camino que la Acadé venia transitando sin problemas hasta que apareció una piedra que lo hizo desviarse un poco. No se asusten. Tranquilos. Mantengan la calma que nuestro capitán sabe muy bien cual es el rumbo para llegar.