Por: Bruno Aleotti
Víctor Blanco se transformó en el presidente de Racing Club de Avellaneda, tras la oficialización de las renuncias de Gastón Cogorno-ex mandatario- y Rodolfo Molina-ex vice-. El flamante mandamás brindó una conferencia de prensa ayer por la tarde en el Hotel Savoy, donde se mostró contento y sorprendido. “Hay que poner a Racing de pie y revertir los resultados” , dijo el empresario ¡Vamos Víctor, Vamos La Acadé!
“Intentaré motivarlos para que, a pesar de la interna, sientan seguridad. Sé que no se olvidaron de jugar, así que tendré que escucharlos para ver qué ocurre.Yo no estaba preparado para asumir este cargo porque tengo otras actividades. Además, es un cargo que afecta a mi familia y para asumir tenes que dejar de lado muchas cosas. Pero el miércoles pasado me di cuenta que podía ser presidente”, señaló el ex vicepresidente segundo.
En nuestra amada institución se abre una nueva etapa, donde las internas deberán ser dejadas en el pasado para poder concentrar todas las energías en la recomposición de un plantel anímicamente golpeado, que carga sobre sus espaldas la temprana eliminación de la Copa Sudamericana y penando el ultimo puesto del Torneo Inicial, trascurridas nueve fechas tiene solo dos puntos. El último golpe lo dio Belgrano de Córdoba, en el Mario Alberto Kempes. Ese partido, solo dejó para el análisis la confirmación de que había que dar un golpe de timón. Con este rumbo, solo había destino fatal-¿No aprendimos nada de los agrios?-
En la etapa anterior hubo una administración llena de claroscuros: no solo financieros sino también en el orden judicial con el caso Nicolas Pacheco. Blanco asume un desafío que tal como lo ha declarado en conferencia de prensa, no estaba en sus planes inmediatos pero no esquivó el compromiso, entendió que había que ponerle el pecho a la situación. Cogorno y Molina, según corresponda, son las caras visibles de este presente nefasto, dejando un tendal de decisiones erráticas, producto de una interna interminable por el poder e intereses económicos.
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La primera acción de Blanco, ya en su nuevo cargo, fue acercarse al entrenamiento del primer equipo para dialogar con los jugadores y el cuerpo técnico e intentar llevar calma, dejando en claro que la interna dirigencial ha llegado a su punto final. Distinto a otras épocas (Gerenciamiento y promedios flacos) el presente arroja que el plantel cobra sus salarios al día y las condiciones deportivamente necesarias para el entrenamiento son óptimas. El mensaje es directo, en lo institucional las cosas ahora están más claras: los máximos responsables han dado un paso al costado. Es la hora de los que entran al campo de juego con el manto sagrado en su torso, es el momento de demostrar un rendimiento menos apático, desinteresado, displicente, porque pareciese que les da lo mismo obtener cualquier resultado, señores. Basta, estamos hartos.
Socios, hinchas, jugadores y cuerpo técnico debemos embarcarnos en la misma senda, para torcer esta realidad agobiante. Algunos quisieron ser mas grande que Racing, pero es como pretender tapar el sol con las manos. Ese sol que resplandece con los colores del cielo y de las nubes, los de tu abuelo, los de tu viejo, los de tu hijo: son los de nuestro Glorioso Racing Club, celeste y Blanco de la esperanza, esa que ojala se encienda el domingo en el Cilindro ante Atlético Rafaela. El equipo tendrá que redoblar esfuerzos para así conseguir la primera victoria en este certamen. Solo así podremos empezar a salir de perdedores y restituir este presente. Allá vamos. Todos juntos de la mano. A poner de pie una vez más a nuestro amor eterno.