Por: Alvaro Ithurbide
Con artistas como U2, Van Morrison o Damien Rice, Irlanda estaría en el límite de ese imaginario canon de países productores de rock que este blog intenta evadir. Sin embargo, como se ubicaría justo en el límite, y con la calidad, cantidad e inconfundible identidad musical de los artistas de la isla esmeralda, (y, por sobre todas las cosas, utilizando el recurso autoritario: porque el blog es mío y escribo de lo que quiero), me decidí por una de las bandas más influyentes de ese país: Thin Lizzy.
Thin Lizzy se formó en Dublín en 1969. Si bien sufrieron varias separaciones y reuniones,-la última de ellas fue en el 2010 y hasta hoy permanecen en actividad- y muchos cambios en su formación, esta nota se ocupará del período 1969-1983, período liderado por su fundador, alma y corazón del grupo: Phil Lynott.
Bajista, cantante y poeta (publicó dos libros de poesía), Phil Lynott nació el 20 de agosto de 1940 en West Bromwich, Inglaterra. Hijo de padre guyanés y madre irlandesa, se mudó a la isla esmeralda en su infancia, luego de ser abandonado por su progenitor. Bien podría decirse que Lynott era el único niño de raza negra en Irlanda.
Ya en la adolescencia, a fines de los años sesenta, Lynott conoce al baterista Brian Downey y juntos forman Thin Lizzy. El guitarrista Eric Bell y el tecladista Eric Wrixon completarían la base fundacional. Sin embargo, en 1970, Wrixon abandonaría el grupo. En 1971 viajan a Inglaterra y lanzan su homónimo álbum debut, (el cual incluye “Whiskey in a Jar”, una tradicional canción irlandesa cuya versión rockera del grupo sería rescatada, muchos años después, por Metallica: acá el link). A pesar del álbum, el guitarrista Eric Bell deja la banda y es reemplazado, por un breve periodo, por el genial Gary Moore. Pero sería en 1974, con la incorporación de los guitarristas Scott Gorham y Brian Robertson que Thin Lizzy encontraría su sonido característico y comenzaría el camino del éxito.
Thin Lizzy, a partir de la llegada de Gorham y Robertson, se convierte en una de las primeras bandas de hard rock en utilizar dos guitarras melódicas a la vez, técnica que influiría directamente en grupos de Heavy Metal como Judas Priest o Iron Maiden. La influencia del par de guitarristas traería, además, los álbumes más exitosos y elogiados de la banda: “Nightlife” (1974) y, sobre todo, “Figthing” (1975) y “Jailbreak” (1976, considerado su disco definitivo).
En 1983 vería la luz el último disco de estudio del grupo “Thunder and Lightning”, (la discografía de Thin Lizzy se ampliaría con decenas de discos en vivo y recopilaciones que se publicarían, en especial, a partir de los años 90), y sería también el año en que Phil Lynott desintegraría la banda para continuar con su carrera solista que había arrancado en 1980. Sin embargo, su incipiente carrera quedaría trunca al morir, súbitamente, por sobredosis el 4 de enero de 1986. En 2005 una estatua de bronce fue erigida en Dublin en su honor.
Con un personalísimo estilo musical que influyó a buena parte de las bandas de heavy metal británicas que nacieron en los años 80, Thin Lizzy llevó el hard rock a un lugar que muy pocos pueden llegar, cubriendo además terrenos como el country y el folk. Párrafo aparte merecen las poéticas y comprometidas letras de Lynott, influenciado por Bod Dylan, Van Morrison, Bruce Springsteen y la literatura irlandesa, donde las críticas sociales y los dramas de amor y odio son moneda corriente. El predominio actual de grupos, supuestamente, de “rock” con letras “jugadas”, genera un especie de engaño, haciéndonos creer que la profundidad, tanto lírica como musical, equivale a tocar tres acordes, hablar de la minita que se fue o lo enojado que estamos y poner cara de circunstancia. Pero siempre es bueno recordar que la realidad es mucho más que todo eso. Y nada mejor que Thin Lizzy para hacerlo.
“The Boys are Back in Town”, de Jailbreak (1976), el mayor éxito de Thin Lizzy: