Por: Pablo Adriano
Uno de los beneficios y de los grandes efectos que le atribuyo al running es la capacidad de inducirnos a la vida sana. Cuando comenzamos a correr generalmente no le prestamos atención a factores como el descanso, la alimentación y el cuidado de la salud en general.
Al tratarse de un deporte de alto impacto el correr implica un gran desgaste físico de nuestro cuerpo. Los especialistas aclaran que durante el entrenamiento estamos cargando en promedio tres veces nuestro peso corporal en piernas y pies; y tanto rodillas como espalda y cuello son afectados por cada descarga.
Elegir una zapatilla adecuada es clave. Recorrer tiendas y probar distintos modelos es una tarea que toma su tiempo. Una buena alternativa, además, es realizar un estudio de pisada. Además de la consulta al médico traumatólogo, recomiendo visitar el Club de Corredores los días martes, miércoles, jueves y viernes de 18.30 a 20hs y los sábados de 12 a 14hs para realizar un estudio biodinámico de la pisada. Un sistema de medición de impresiones plantares ayudará a saber tu dinámica de paso y encontrar el calzado justo.
Asimismo, tanto alimentación como hidratación juegan un rol clave en nuestro desempeño y el cuidado de nuestro organismo antes, durante y después de cada rodaje. Cada plan debe ser personalizado, teniendo en cuenta nuestro historial clínico, condiciones psico-físicas y por supuesto tipo, cantidad y calidad de entrenamiento que encaremos.
A nivel nutricional deberíamos equilibrar y no dejar de lado ningún grupo de alimentos. En pocas palabras, los hidratos de carbono serán el combustible, las proteínas nuestro agente reparador de tejidos y las grasas la reserva de energía en nuestro cuerpo. En materia de hidratación podemos complementar la ingesta de agua con bebidas isotónicas, eligiendo cantidad y calidad adecuadas. Es clave beber de a poco y en reiteradas oportunidades, y no esperar a tener sed ya que llegada esa instancia probablemente estemos algo deshidratados.
En lo particular no corro para llevar una vida sana, sino que llevo una vida sana para correr – mejor -. Practicar el running sin prestar atención a cómo nos alimentamos, cuánto nos hidratamos y cómo descansamos puede ser riesgoso ya que nuestro cuerpo requiere de energía y estructura tanto para enfrentar cada distancia como para recuperarse luego de ella.
Si surgen dudas lo mejor es recurrir a un especialista. Quien tenga al running entre sus planes debe incorporar aliados. Entre los míos se encuentran mi entrenador, mi médico de cabecera y mi nutricionista. Internet es un gran espacio para encontrar información general pero serán tus aliados quienes puedan de manera científica y profesional armar planes a tu medida.