Por: Maria Eugenia Capelo
Hoy decidí salirme un poco de las series que tradicionalmente comentamos y elegí incluir a Escobar, el patrón del mal en este blog. Es una novela o es una serie o miniserie? Difícil de definir o por lo menos genera muchas dudas. Pero es sin dudas un material televisivo atrapante e interesante que de a poco va cautivando al público argentino. Es algo distinto para consumir, lejos de las series estadounidenses o inglesas que generalmente analizamos en este blog, Escobar, el patrón del mal propone adentrarnos en el universo latino y sus desigualdades. Si esta serie hubiese sido emitida hace diez años, sin duda la hubiéramos encontrado lejana a nuestra realidad, pero con los hechos acontecidos en los últimos 5 años ligados a los narcos en Argentina la serie termina resultando cercana (lamentablemente).
Es sin dudas un personaje fascinante para interpretar y llevar al cine o la televisión. Pablo Emilio Escobar Gaviria, el zar de la cocaína, el patrón del mal. Con un promedio de 6,5 puntos de rating en las pantallas de canal 9 (triplica lo que medían programas que anteriormente estaban en ese horario) a las 22 hs, Escobar nos transporta a la Medellín de los ochentas dominado por el Cartel de la droga manejado por Don Pablo.
La serie muestra los inicios de la vida Pablo Escobar en Antioquia y cómo fue creando el Cartel de Medellín pasando por la política y la creación de la red de sicarios que trabajaba a su servicio. Todos los hechos se relatan de manera dinámica, por momentos cuesta entender los tonos de voz de los actores (que coquetean de igual manera en el uso del “usted”, “vos” y “tú”) pero todos quienes acompañan al actor principal lo hacen de manera correcta.
Andrés Parra es el encargado de darle vida a Escobar. Lo hace con una exactitud y una soltura que pareciera que el mismo Pablo es quien representa su propio papel. Un capítulo aparte llevaría analizar a la madre de Escobar. Es ante quien este nacrotraficante acusado de asesinar a más de 10 mil personas “se baja los pantalones”. Ella lo reta y el acata. Es capaz de pegarle una cachetada cuando siente que no le está hablando en el tono correcto. Pablo Escobar no habría sido él sin esa madre.
A pesar de estar contando la historia del zar de la cocaína, en la serie se ve poca droga. De hecho casi ni se ve consumir nada a Escobar o sus colaboradores. Pero sí lo vemos de la manera más despiadada ordenar asesinatos como si se tratara de una tarea diaria que debía cumplir. La serie termina decidiendo contar la mirada de Don Pablo ante las posibilidades que tuvo, a su manera, de amasar una fortuna. En un capítulo del inicio, el personaje de Escobar realiza una especie de promesa a un grupo de compañeros asegurando que si en dos años no tenía un millón de pesos se mataba. Y no sólo logra generar un millón, sino muchos más.
Todavía están a tiempo de sumarse a esta superproducción de Caracol y disfrutar de una serie distinta, intensa y atrapante.