Por: Maria Eugenia Capelo
Escándalos por doquier. Affaires de políticos, caso de corrupción, gente que no parece ser quien es, individuos con pasados tenebrosos. Todo eso y mucho más resuelve Olivia Pope y sus asociados. Kerry Washington interpreta a esta mujer experta en Relaciones Públicas en quien todos miembros de la elite estadounidense y los políticos confían ciegamente. Ella se encargará de manejar a los medios y que las cosas salgan a la luz de la manera menos hiriente para sus clientes. Washington encontró su consagración en este rol sumado también al empujoncito que le dio Quentin Tarantino al interpretar a Brunilda en su último film Django Unchained.
Con un equipo de extrema eficacia (demasiada y exagerada) investigan en pocos minutos vida y obra de los implicados en cada caso y como una especie de detective borran huellas y hacen tareas de inteligencia entre otras cosas. Esta serie no llega a ser House of Cards aunque se mete en los vericuetos de la Casa Blanca y la política estadounidense. Nos muestra al igual que la serie de Netflix que nada es lo que parece, que todas las acciones políticas están previamente digitadas y pensadas por un equipo de unas pocas personas que terminan decidiendo qué se hace y qué no. Kerry Washington no es Kevin Spacey pero busca con similar eficacia lograr que las cosas se hagan a su modo.
Scandal es el programa preferido de Michelle Obama. Recordemos que es la primera serie protagonizada por una mujer negra y que las mujeres de clase media afroamericanas la idolatran. Olivia Pope es linda, sofisticada, inteligente, tiene poder y viste de primera. Su palabra no se discute, no utiliza un escote ni una falda corta para lograr lo que quiere. Se basa en su experiencia y en su capacidad para anticiparse a las cosas.
Pero no sólo a gente ordinaria se dedica a ayudar esta agencia especializada en gestión de crisis. Olivia Pope fue la encargada de la imagen del actual presidente de los EE.UU, Fitzgerald Grant ( Tony Goldwyn, el “malo” de Ghost!)y logró que ganara las elecciones. Pero siempre hay una historia de amor y entre ellos surgió como no podía ser de otra manera. El problema es que Mr President está casado. Muy casado. Con la norteamericana media que ama la sociedad y que tiene mejor imagen que él. Pero no hay caso, el amor de su vida es Olivia y el de ella él.
Así las cosas. La serie transcurre entre la Casa Blanca, el despacho de Pope & Asociados, la oficina del Fiscal y los escenarios en que investigan los casos. Los episodios se ven rápido, no llevan una gran profundidad pero entretiene y se deja ver. Las escenas son cortas, los diálogos dinámicos mientras los “taquitos” de Olivia se oyen por todos lados.
La autora de la serie Shonda Rimes que viene de crear Grey´s Anato y en 2012 hizo lo mismo con Scandal. Y sigue con la línea del pseudo culebrón.
La serie no sorprende pero se deja ver, tal vez para un domingo a la tarde o para dejar que la mente descanse un rato. No llega a ser una clásica pochoclera ya que tiene una vuelta de tuerca al mostrarnos algunos detalles de la vida política dentro de la Casa Blanca.