House of cards: serie maquiavélica

#Serióloga

House of Cards es originalmente una serie de la BBC emitida en 1990. David Fincher  (Seven, El club de la pelea, Red Social) es el director y productor de la versión estadounidense producida por Netflix. Cuando la estrenaron, lanzaron todos los capítulos juntos para que quienes tienen Netflix puedan verlos cuando quisieran y no una vez a la semana. Y por supuesto que al poco tiempo ya estaba en internet. Netflix le puso la tapa a las dos grandes cadenas estadounidenses HBO y Showtime pues entendió que la manera de consumir series ha cambiado rotundamente.houseof

House of cards es la serie yanqui por excelencia. Es liberalismo en su estado puro. Su personaje principal es sinónimo de self made man, workaholic y todas esas palabras que nosotros tomamos de su idioma porque en sus sociedades se han acuñado. El otro gran personaje es el periodismo -aquel cuarto poder que no deja dormir a los políticos estadounidenses- representado por una joven inquieta, ambiciosa y algo inconsciente. Estos dos personajes tienen bien presente su objetivo y están dispuestos a utilizar cualquier medio para logarlo, suena conocido, no? Francis y Zoe son dos personajes maquiavélicos.

El personaje de Francis Underwood es interpretado por Kevin Spacey. Underwood es un congresista que lidera el partido mayoritario en la Cámara de los Representantes y futuro Secretario de Estado. Es cínico y calculador. Nunca le tiembla el pulso es como si ya tuviera todo pensado, hasta los imprevistos. Es divertido (y escabroso) ver los cálculos que hacen para que salgan ciertas leyes y otras no. Francis es muy autoritario, esa característica lo acerca al adjetivo maquiavélico asociado al autoritarismo cínico, desprovisto de moral y honestidad aunque los escritos de este filósofo italiano no sean tan crueles como el adjetivo que está asociado a su apellido.

Francis tiene un matrimonio extraño que provoca mucha curiosidad. Su esposa Claire (Robin Wright) es bellísima y muy fría. El mayor grado de intimidad al que llegan es fumar juntos un cigarrillo por la noche… pero en ellos la intimidad es otra cosa. Sus egos y sus intereses son los que se atraen, se erotizan, no sus cuerpos.

La serie es categorizada como un thriller político. El relato es como el de un thriller, hay mucho suspenso que te lleva a sentirte casi en una película de terror. El ambiente político la hace muy atractiva pero los temas principales son el ego y el poder. Y creo que eso puede verse en cualquier ámbito, no sólo en el político. Hay mentiras, traiciones, intereses en todos los personajes. No se salva nadie.