Claudio Tolcachir en clave de éxito

#TeatroUnder

El director, actor y fundador de Timbre4 reestrenó Jamón del diablo, el primer gran éxito gestado en el teatro/escuela de Boedo cuando Tolcachir, allá por el 2002, recién ponía en marcha el sueño del teatro propio.

Todos los lunes a las 21.30 hs Jamón del diablo vuelve a los escenarios de Timbre4. Tras la gala especial de relanzamiento que se llevó a cabo el 8 de octubre, la obra abrió sus funciones a todo el público para continuar hasta fin de año (y tal vez un tiempo más).

¿Qué representa este reestreno?

Inspirada en 300 millones, la obra de Roberto Arlt, Jamón del diablo marcó el comienzo de una seguidilla de éxitos de la autoría de Claudio Tolcachir. Desde sus inicios, el director demostró que sabe muy bien qué es lo que quiere el público y supo, así, crear un teatro de culto y al mismo tiempo masivo.

Timbre4 ya tiene dos salas, un bar, asociación con sitios de Internet para gestionar las reservas y compras de entradas, varios sistemas de descuentos y promociones y su compañía de actores ya recorrió más de un continente entre giras y festivales. Además, el mismo espacio funciona como centro cultural y escuela de teatro. Toda una pyme cultural.

Este crecimiento se debe principalmente al arduo trabajo de su director. Con sus obras, Tolcachir conquistó al público del teatro independiente y logró llegar a buena parte de la audiencia del circuito comercial.

Basta ir a ver La omisión de la familia Coleman o El viento en un violín, dos piezas de extrema sensibilidad, simpleza y dinamismo. Aunque en tono dramático la primera y en comedia la segunda, ambas obras dan cuenta de la cuidadosa composición de los textos y un marcado interés por las relaciones familiares y la narración ágil. Tolcachir no escribe en difícil -como a veces se relaciona al teatro independiente-, no pretende ser conceptual ni  extravagante, compone para llegar a todos.

El regreso de Jamón del diablo es una evidencia del éxito de su director. Timbre4 no creció a sólo a base de buenas estrategias de prensa y la puesta de obras “accesibles”, sino a partir del compromiso de un equipo y de una cabeza en constante búsqueda artística. Ya desde el 2002 Tolcachir supo palpitar lo que buscaban sus espectadores y lo continúa haciendo con sus últimas obras.