El miércoles 28 de noviembre terminó la 16° Convención de Circo, Payaso y Espectáculos Callejeros, un encuentro que duró seis días en el Campo de Deportes de la UOCRA y donde participaron más de mil artistas.
Acá, una entrevista con el balance final de Bruno Gagliardini, uno de sus organizadores.
El predio de Esteban Echeverría volvió a vestirse de fiesta y colores. Desde el viernes 23 al miércoles 28 de noviembre, artistas de diferentes disciplinas y diferentes partes del mundo (Brasil, Colombia, Venezuela, Chile, Paraguay, Noruega, Francia, Italia, España) participaron de esta celebración anual que ya cumple 16 ediciones ininterrumpidas.
Tras la extensa jornada de talleres, charlas y funciones especiales, Bruno Gagliardini, artista de circo y “especialista en símbolos”, ofreció su punto de vista sobre la Convención, los objetivos para el año próximo y el arte callejero en general.
¿Qué conclusiones sacás después de un año más de llevar a cabo la convención?
Que el arte como herramienta de transformación social tiene un poder maravilloso. Fuimos más de mil artistas de distintas partes del mundo conviviendo. Una vez más, el aire que se respira en La Convención está lleno de generosidad, respeto y buena onda.
¿Cuáles son los objetivos para el año que viene?
Darle lugar a un nuevo sueño que es organizar festivales de espectáculos callejeros. Para que la energía de La Convención viaje por todo el país y llegue a todo tipo de públicos. Por un lado generar festivales pequeños en todo pueblo o ciudad del país que le abra las puertas a los artistas callejeros. Por otro, la fantasía de organizar un gran festival, de varios días, con una gran convocatoria y que la gente viaje de distintos lados para estar presente.
¿Por qué el arte callejero no pierde magia ni vigencia frente a un mundo cada vez más tecnológico?
El arte callejero es como un abrazo. Algo sincero, simple. Algo necesario por la calidez humana. El arte callejero es popular, accesible y noble. La tecnología puede seducir por la novedad, el arte callejero seduce por lo visceral. Y mientras nos corra sangre por las venas el arte callejero será mágico y vigente.
¿Qué cambia cuando el circo se enseña? ¿Pierde impronta social si en lugar se de ser autodidacta se toman clases de circo?
El camino del artista tiene que ser genuino. Un buen profesor te ayuda a descubrir tu propio rumbo. Sea en el circo o en cualquier disciplina. La enseñanza ayuda a que la información circule de mejor manera. Lo importante es salir a la pista, ahí es donde nace la impronta social, al compartir.
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Más información sobre La Convención: http://www.convencionargentina.com
Como todos los años, volvió a realizarse el concurso de fotografía.
Imágenes ganadoras del 2011: