Escribir para salvarse

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Afuera llueve.

Voy por mi segunda taza de café, y todavía me pregunto porque no escribí sobre poesía en este blog; después de todo la poesía me ha salvado.

La poesía salió a encontrarme cuando era adolescente y tuve que escribir dos poemas: uno para una persona que nos inspirara y conociéramos, y otro para una persona que nos inspirara y no hayamos conocido. Elegí a mi abuela y un soldado de la guerra de Malvinas. No tenía más de 15 años.

La poesía me ha salvado. Y al leer a Walt Whitman me doy cuenta de que todos los caminos conducen al mismo lugar: ser el movimiento.

Así mientras leo No te detengas, y lo releo unas mil veces más, creo que la poesía también ha salvado, probablemente, a miles de personas más.

La poesía que me ha salvado no es particularmente un estilo poético que haya tenido las notas perfectas, sino aquel que encuentra su ritmo en la frecuencia cardíaca de los que leen. La poesía que me ha salvado es un temblor, un exorcismo del cuerpo para el mundo: una liberación que ya no me pertenece, una erupción que arrasa con todo a mi paso. Las ruinas que llevarán más tarde, si así ha de ser, a la transformación.

El cambio.

El miedo.

La ansiedad.

La sed de futuro.

Escribo para mutar; escribo poesía para derribar las murallas que no me permiten seguir en movimiento.

Afuera llueve.

Suena Elliot Smith, como lo hizo durante toda la semana. Intento escribir al ritmo de “Miss misery” mientras entiendo que la música, como la poesía, también es un exorcismo. ¿Qué poder de seducción tiene la escritura que puede llegar a salvarnos de nuestro propio apocalipsis? O no, quizás no nos devuelve la vida pero sugiere liberación para quienes nos leen más tarde, como en el caso de  las canciones de Elliot Smith o de Jeff Buckley. Para mí, sus letras son poesía; quiero decir: de alguna forma, sus letras me han salvado.

Del miedo a la lluvia.

Del miedo a la tristeza.

Del miedo a la muerte.

Busco un disco de Elliot Smith para resucitar las mañanas de sábado y de música que vivía con mi padre cuando niña. Doy play mientras el café se terminó y pongo el agua para el mate. Muevo el pie al compás de la canción.

Soy parecida a mi padre.

Afuera ha dejado de llover y me pregunto porque no había escrito sobre poesía en este hogar, nuestro; después de todo la poesía me ha salvado.

Whitman responde: “No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.

Aún hay tiempo para salvarnos del vértigo a la vida.

Más vale tarde que nunca“.

Imagen: capturas de Samba (2014)

 

La belleza de lo inevitable del cambio

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“No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo.”
Walt Whitman

La belleza de lo inevitable del cambio. La belleza de la metamorfosis. La belleza como un valor subjetivo: por cada uno de nosotros existe una forma distinta de belleza. Entonces, infinidad de formas de belleza, tantas como los cambios que el mundo entero se permite; y eso es una forma de belleza en sí misma.

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Que sea lo que sea

La Cumbre

“Existe un amanecer y un atardecer en cada día y puedes elegir estar allí para presenciarlo. Puedes entreverarte en el camino de la belleza.”
- Alma Salvaje (2014)

Si tus nervios te delatan, Vive por encima de tus nervios” – dice una cita de Emily Dickinson al comienzo de la película, casi como un mantra. Los nervios como sinónimo de miedo: saltar por encima de los miedos. El miedo como ese interruptor que se enciende ante los cambios bruscos de rumbo, ante los desvíos.

El desvío y la deriva, entrelazados como si fueran hermanos de sangre. La deriva como un tránsito intermedio, como un faro de esperanza: “Hay esperanza en la deriva.

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La vida y el cine… y viceversa

Un domingo en París

“El cine no es un arte que filma vida, es cine está entre el arte y la vida.”
Jean Luc Godard

Cuando era chica soñaba con hacer cine. Mi infancia tuvo más que ver con películas que con muñecas, y cada vez que nos sentábamos a almorzar o cenar, mientras mi papá iba haciendo zapping yo relataba una sinopsis propia y detallaba los protagonistas, casi como si estuviera dando lección, pero con fervor, como si se me fuera de las manos, como si la fotografía excediera los límites del marco.

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… Y el mundo seguirá girando

Grandes esperanzas

“Sigo en mi viaje, sigo atrapada en ese estadio intermedio de la vida en el que acabo de llegar de alguna parte que he dejado bien atrás y me abro camino hacia algo nuevo.”
Donde termina el arcoiris

Mientras escribo, suena una canción: “Grandes esperanzas, cuando lo dejas ir, sales y vuelves a empezar.” La misma canción que me llevé a Europa el año pasado. El mismo video que me hace acordar a otra historia… el comienzo de mi historia.

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10.000 km y el Jet Lag Emocional

Vos y yo

“Pensé que lo entendía, que podía comprenderlo, pero no, no realmente. Solo entendía su nebulosidad, su ansiedad delicada, toda contenida, semi-preciosa. Nunca pensé que, a veces, la idea de estar completos sería una idea lujosa. Porque son las mitades las que te parten al medio. Yo no sabía, no sé, nada de los momentos intermedios; las porciones brutales tuyas y las porciones brutales mías”.

- Like Crazy (Como locos)

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