Boyhood, los viajes, y dejar que el momento nos atrape

#TodasMisPalabras

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“La vida es eso, continuar el viaje.”
Mario Benedetti

Hablemos de Boyhood, la película que me dejó de sin palabras. O mejor, hablemos de Boyhood y los viajes con las palabras que me quedan de reserva.

Boyhood nos sacude desde el comienzo; nos toma de los brazos y nos sacude para despabilarnos, para anticiparnos que no va a ser otra película de tantas. Richard Linklater (Antes del Amanecer, Antes del Atardecer y Antes del Anochecer), apela a la memoria emotiva eligiendo Yellow de Coldplay como soundtrack inicial, con un plano de Mason (Ellar Coltrane) recostado sobre el césped mirando (o admirando) el cielo. De esta forma, Linklater construye la base de lo que se proyecta como un viaje de casi 3 horas; un viaje que ahonda en la memoria emotiva cada vez que tiene oportunidad; un viaje que nos habla de caminos: nuestro camino entrelazado con los caminos que se cruzan con el nuestro.

El maridaje entre plano + soundtrack, desplegado a lo largo de su duración de forma impecable, hace de este viaje una experiencia 360°, conquistando todos los sentidos “en la forma en que te quedas dormida: Despacio, y después todo de repente.” como diría Hazel de Bajo la Misma Estrella, otra de las películas que atesora una escena de conexión con el cielo.

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Amalgamadas a la experiencia sentimental, encontramos pequeñas gemas, diálogos de esos que uno podría guardarse en el bolsillo y llevar consigo a todas partes. Y es que en esto, Linklater es innegablemente talentoso: sabe escribir y confía en nosotros para leer entre líneas, para dilucidar las palabras escritas en imágenes.

Desde mi lugar, Boyhood se convirtió en sinónimo de viaje; un viaje que podemos ir desenvolviendo en capas, que se revela paso a paso, en el momento (como la vida).

Después de sacudirme, Boyhood me sentó para hablarme de la sed de entendimiento, de la incitación por encontrar nuestro propósito; de los intentos de querer anticiparse al presente y vivir a futuro. Me explicó que en la vida hay solo 1 volante, y nosotros elegimos quién conduce creando a partir del sentimiento (así como su director y su protagonista en cada etapa de la película):

El arte es otra cosa. ¿Con qué puedes contribuir que nadie más pueda? Esfuérzate más.” – le dice un profesor a Mason durante una charla en un cuarto oscuro.
¿Qué sentido tiene? ¿Qué sé yo? Ni qué sabe nadie. Todos improvisamos, ¿sabes? Lo bueno es que sientes cosas. Y tienes que aferrarte a eso.” – dice el personaje de Ethan Hawke en una conversación con Mason, su hijo.

Entre recuerdos, maridajes, caminos entrelazados, miradas hacia el cielo, creación y sentimiento; con dialógos indelebles y escenas que calan hondo… Así es como Boyhood me llevó de viaje al pasado para reconciliarme con el presente. Así me sacudió para recordarme, como alguna vez lo hizo Bajo la misma Estrella, que “Tu tiempo es hoy.” y que hay que dejar que el momento nos atrape:

- ¿Viste como la gente siempre dice “aprovecha el momento”? Me inclino a pensar que es al revés. El momento nos atrapa a nosotros.

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***

Quizás que Boyhood y yo nos encontráramos después del viaje fue casualidad, o no, quizás vino a atraparme para abrirme los ojos: porque dejar que el momento nos atrape también es, de alguna forma, soltar los mapas.

Imágenes: tumblr.com