Por: Natalia Bohdan
Si te estás iniciando en el mundo de la fotografía y querés comprar una cámara, lo primero que debes preguntar es qué tipo de fotógrafo pretendes ser. ¿Uno que maneje la cámara de modo automático dejando a su albedrío las decisiones técnicas, o bien uno que sepa manejar a la cámara para lograr la foto deseada?
En función de estas primeras preguntas, debes saber tres elementos principales:
- Existen las CÁMARAS COMPACTAS. Éstas son las más conocidas y a las que casi todo el mundo está habituado. Son cámaras muy portátiles que permiten tomar fotos sin inconvenientes y con un automatismo en muchos casos total. Lo que muchas veces es una gran limitación. Existen modelos que permiten empezar a manejar ciertas cuestiones de modo manual, pero no son muchos. El mayor beneficio de estas cámaras es su portabilidad.
- Las CÁMARAS BRIDGE son un poco más avanzadas que las compactas, pero menos que las réflex. Las bridge, a veces llamadas “semiprofesionales” suelen tener la óptica más grande que las compactas, con lo cual van a poder detectar una mayor calidad de imagen. No permiten intercambiar los objetivos ni controlar el enfoque de modo manual a partir de un anillo de enfoque. Son mas robustas que las anteriores, y empiezan a permitir ciertos controles de modo manual (obturación, diafragma, ISO, entre otros), lo que es un gran beneficio en contra de las anteriores.
- Las CÁMARAS RÉFLEX, también conocidas como SLR (single lens reflex) tienen un sistema de espejos que permiten ver por el visor exactamente lo mismo que en la realidad. Tienen muchísima mejor calidad que las anteriores y permiten que las manipulemos al máximo: podemos manejar el diafragma, la velocidad de obturación, ISO, balance de blancos, intercambiar ópticas, entre otras cosas que veremos en próximos posts. Suelen ser cámaras más caras que las anteriores, pero mucho más convenientes para quien quiera empezar a sacar buenas fotos.