Por: Natalia Bohdan
Henry Cartier Bresson fue un fotógrafo francés que dedicó su vida a captar el instante decisivo. Para él la fotografía era la unión de la cabeza, el ojo y el corazón en un momento y eje precisos.
Nació en 1908 en Chanteloup, Francia y murió el 4 de agosto de 2004.
Las fotos de Cartier Bresson se caracterizan por develar una excelente relación entre las formas, dadas por la espera y captura de un instante preciso. El fotógrafo relacionaba esa geometría con el placer sensual e intelectual.
Para Cartier Bresson, la diferencia entre una buena foto y una mediocre sólo era cuestión de milímetros: una buena foto debía ser en un instante donde las formas se acomodaran de una manera perfecta.
La obra de Bresson se inscribe dentro de lo que podemos llamar fotografía directa. De composiciones rigurosas y sin apostar a la postproducción, sólo se apoya en el punto de vista sobre los hechos. “La naturaleza corporal (…) es el objeto de la geometría”, escribe Descartes en las Meditaciones. De este modo, no se puede sino confrontar con la comparación que Cartier Bresson hace del fotógrafo con un tenista: éste ubica la pelota en el momento conveniente y lugar correcto, al igual que el que toma fotografías.
Las fotografías que me importan son fotos que puedo mirar durante más de dos minutos y eso es mucho. No hay muchas fotos que puedas mirar una y otra vez, decía Cartier Bresson.
Es una fracción de segundo, es un instinto. En fotografía debes ser rápido, como un animal de caza. Así la atrapas y la tomas y la gente ni siquiera lo nota. La fotografía es un placer físico: no hace falta tener mucha cabeza, sólo sensibilidad, un dedo y dos piernas.
Espero que hayan podido disfrutar de este gran maestro! Acá les dejo un link para quienes quieran ver más material.
Mañana nos encontramos con algunos tips para sacar fotos el fin de semana.
Saludos!