Por: Natalia Bohdan
Un retrato es una imagen de una persona o grupo de personas. La diferencia entre uno bueno y uno malo está en la capacidad del fotógrafo de captar la esencia del retratado. Pero “captar la esencia” no es algo sencillo, sino que lleva tiempo y como siempre, algunas claves. En este post vamos a empezar a conocerlas.
Para empezar a trabajar con el retrato es importante concentrarnos en dos elementos fundamentales: la mirada y las manos.
El fotógrafo que toma una imagen de una persona mirando a cámara, se ubica transitoriamente en el lugar en que estarán todos los espectadores. Esta mirada no da espacio a terceros, sino que sólo se relaciona con el espectador. Este es un diálogo que implica complicidad y un saber del receptor sobre el personaje. Saber que puede ser imaginario o real, pero que implica una seguridad: es a mí a quién está mirando.
Cuando el modelo no mira a cámara, se deja un lugar para que el espectador imagine qué está mirando o qué relación existe con aquello. La dirección de la mirada del personaje es un poderoso signo plástico que direcciona a la del espectador. Cuando ésta se dirige hacia el horizonte, el espectador se ve obligado a mirar hacia el mismo lugar. Lo mismo sucede cuando mira a otro personaje: se crea lo que se llama línea psicológica.
Tal es el caso de la foto de Elliot Erwitt, donde existe una marcada línea entre la mirada del niño, su madre y el gato de la izquierda.
Es muy usual que los grandes protagonistas de los retratos sean siempre la mirada y el rostro. Está bien que así sea, pero no debemos perder de vista que las manos u otras partes del cuerpo pueden ser tanto o mas expresivas que los primeros.
Las manos pueden denotar tranquilidad o tensión: cuando están cerradas en forma de puño dan sensación de confronte; en los bolsillos o cruzadas pueden transmitir lejanía, rijidez; apoyadas en el rostro podría llegar a ser cansancio…
En la foto de abajo, no es casual que Truman Capote, uno de los grandes periodistas y escritores estadounidesdes del siglo XX, tenga los ojos cerrados y sus dos manos, elementos fundamentales de su esencia, en cuadro.
Espero que esto les sirva para que en sus próximos retratos empiecen a trabajar con la mirada y las manos de sus personajes. Saludos y hasta la próxima!