El Malbec es como Messi

#Vinos

images-1

¿Hasta dónde puede llegar el Malbec?

 

 

 

 

 

 

 

No se trata sólo de un oportunismo mundialista, sino de una de las analogías más claras. Porque no sólo se puede leer, sino que también se puede beber y comprender mejor, además de con la mente con el paladar. Porque sin dudas, es el mejor vino de la Argentina.

En primer lugar hay que aclarar que es el cepaje tinto más implantado en nuestro suelo, pero que ello es reciente. Ya que hasta hace poco lo era el Bonarda. Pero su auge alertó a los viñateros y la reconversión se hizo realidad.

También es necesario entender de donde viene para poder imaginar hacia donde va. Originaria de Burdeos, la cuna de algunos de los mejores vinos del mundo; los afamados Grand Cru Classe. Blends tintos a base del rey Cabernet Sauvignon, pero mucho le deben al Malbec. Porque cuando se hizo la clasificación en 1855, estos mismos vinos que hoy son protagonistas, eran concebidos a base de Malbec. Esto demuestra que nuestro cepaje emblema tiene linaje.

Por esas cosas fortuitas de la vida, ningún otro país lo usa. Y si bien lo original no es sinónimo de calidad, ser los productores casi exclusivos del mundo de Malbec se ha convertido en una gran ventaja. Principalmente porque hemos demostrado lo que este vino puede dar.

Es decir que un vino que casi se desconocía en el mundo irrumpió y lo hizo con todo, tal como lo hizo Messi desde hace algunos años.

images

Y si seguimos con las comparaciones podemos ver el auge del Malbec fue paralelo al del jugador.

Hoy, Messi está en Brasil y todos lo reconocen como el mejor Argentino. Mientras el Malbec está conquistando el mundo, y empieza a ser reconocido como el mejor exponente nacional. Lo de Lio está claro, basta con ver los partidos de la selección o haberlo seguido en el Barcelona durante los últimos años. Pero lo del Malbec es necesario aclararlo. Porque lo que empezó siendo una sensación, se convirtió en una realidad. Y todavía hay mucho más por descubrir. Primero está su habilidad. Es un vino que en boca es muy ágil, muy expresivo, amable y con muchas capas de aromas, sabores. Sus taninos tan sinuosos que no hay boca que no lo festeje a su paso. Esto lo convierte en un vino muy rico para todos, y para disfrutar en diversas situaciones.

Hoy, su calidad empieza a insinuar que no tiene techo. Porque el origen empieza a sentirse en las copas. Porque cada terruño empieza a imprimirle su sello, y las sutilezas se convierten en rasgos únicos.

Copas con vinoAlgo que no mencioné pero que sirve para seguir jugando a esta analogía es que el Malbec puede jugar en cualquier lugar de la cancha, o mejor dicho de la mesa. Porque es el mejor protagonista para un rosado (Vicentín Blanc de Malbec, Andeluna, etc.), para un tinto liviano y de todos los días (Termidor y Toro), para un tinto amable y fluido pero a la vez con buena fruta (El Portillo), para vinos de fondo, y que hagan lucir aún más al asador (Quinto,  Famiglia, Bianchi, Norton DOC, Terrazas Reserva, Fond de Cave Reserva). Y también para vinos que conviene sacar al final, para que coronen una comida especial (Luigi Bosca DOC, Rutini, Mendel, Angélica Zapata, etc.). Incluso, para acompañar los postres el Malbec ha demostrado una muy buena performance (Malamado).

Claro que también están esos vinos únicos, que salen a jugar en aquellos momentos que se quieren convertir en únicos, Y que si bien no importa tanto el varietal, todos los que logran alcanzar ese nivel son Malbec puros, como el Aluvional de Zuccardi, el Noemía, el Los Indios de Doña Paula, o los Terroirs de Altos Las Hormigas, entre muchos otros.

 

vinedos_altamira_ok01

 

 

 

 

 

 

 

A principios de siglo decíamos que el Malbec era el mejor vino argentino, pero la verdad es que no salía a jugar mucho por allí. Hoy, la oferta se ha multiplicado y abarca todos los segmentos de precios y diversos estilos y tipos de vino. Y lo que es mejor, se está luciendo en todo el mundo.

Todavía tiene mucho para dar, al igual que Lio. Y si sentimos tanto orgullo por la celeste y blanca gracias a Messi, cómo no vamos a sentir lo mismo por los colores de nuestra bandera a manos del Malbec. A uno lo disfrutamos en la tele, mirándolo, al otro en nuestras copas y saboreándolo, respirándolo. Ambos nos regocijan. Sigamos disfrutándolos, hoy más que nunca.